McQuaid el inquisidor por Julián Redondo

Como es norma de la pareja, Helen y Harry han desaparecido sin dejar rastro. Alguna misión de esas que hacen sus delicias y las de Daniel Craig y a servidor le dan repelús. Lo extraño es que me iban a facilitar el nombre del baloncestista de la Selección que produce testosterona como Bollywood películas y no han dejado ni un mal mensaje en el contestador. Será su amor sin fisuras al I+D, o lo que algunos llaman displicencia yanqui, otros soberbia, arrogancia o mala educación y yo, que cada día les conozco mejor, creo que es simplemente celo profesional. Echo de menos a Helen, mi huésped durante una semana, no por su autoritarismo sino por su coquetería, su aire de Pamela Anderson mientras vigilaba si me tomaba el desayuno que con tanto cariño había preparado: huevos a la ranchera, salchichas... Yo, un siervo del zumo de naranja y punto. Me ha cebado. Mientras masticaba procurando que no se me hiciese bola, recordaba lo que me contó Perico Delgado de sus comienzos, cuando a las ocho de la mañana tenía que meterse entre pecho y espalda una tortilla y un entrecot, al tiempo que le llegaba el olor de la cocina del hostal... Aggg. A propósito de ciclistas: mientras Matxin intenta convencer a Hugo Chávez para que le patrocine el antiguo Geox, la UCI prohibió al Movistar presentar a Valverde bajo amenaza de sanción. McQuaid es un inquisidor y un irresponsable. No sobran patrocinadores en el ciclismo y torpedea a los que hay. ¿Tendrá algo contra los españoles? Contra Valverde, que en enero será un «hombre libre», seguro que sí. Rufián.