Malestar en La Raya salmantina por el peaje fijado para acceder a Portugal

Salamanca- El Gobierno portugués ponía en marcha ayer un sistema de peaje que afecta a todas las fronteras de España con el país vecino, entre ellas la de Fuentes de Oñoro, en Salamanca, por la que circulan cada año una media de cinco millones de vehículos.

El alcalde de ese municipio, Isidoro Alanís, calificó la nueva tasa como «una chapuza y un impuesto revolucionario en una autovía sin comunicación alternativa». Asimismo, se mostró convencido de que la medida perjudicará a la economía de la localidad, de 1.400 habitantes, que depende en gran parte del dinero que el turismo se deja en la localidad de camino a Portugal o a su regreso.

El regidor consideró que el peaje va contra la libre circulación de mercancías y personas impulsada desde la Unión Europea y supone «un paso atrás» ante el que sólo queda «el recurso del pataleo» ya que, al contrario que en otras zonas fronterizas como en Huelva, donde se han producido movilizaciones, en Salamanca hay tranquilidad «y se aguanta todo».

Convencido de que el pueblo por sí mismo no tiene suficiente capacidad de movilización y una vez descartado el corte de carreteras al considerarlo una medida de presión «inadecuada», Alanís indicó que respaldará cualquier acción impulsada por la Junta o la Diputación de Salamanca.

Quienes a partir de hoy quieran llegar a Portugal por Fuentes de Oñoro deberán abonar una tasa inicial que oscila entre los 1,75 euros en el caso de turismos y motocicletas, y 4,40 euros para camiones de cuatro ejes.

La tasa aumenta a medida que el vehículo se adentra en el país vecino por la A-25, que finaliza en Aveiro. si la intención es llegar hasta ese destino, los sucesivos peajes con los que se va encontrando el viajero encarecen el precio hasta los 17 euros en el caso de los coches y más de 42 si se trata de un vehículo pesado. Los transportistas ya han anunciado que gravarán a sus clientes la tasa.

El caos en la carretera
En palabras de alguno de los conductores que cruzaron la frontera hacia Portugal, la jornada fue «un caos. En parte, por los numerosos problemas que encontraron a la hora de adquirir el tique para poder circular por territorio luso sin temer a ser multados.