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Bruselas

Cerco policial europeo a la ultraderecha nórdica

Puede que Breivik no estuviera tan solo en el camino que le llevó hasta la mayor masacre en Noruega desde la II Guerra Mundial. Si la Policía noruega intenta averiguar cuáles son las dos células que dice le apoyaron en la preparación de los atentados, las Fuerzas de Seguridad europeas también rastrean la pista y los contactos del asesino confeso en el exterior.

La Razón
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Más aún, ante la sorpresa del ataque, que pilló a todas las autoridades del continente desprotegidas ante los grupos de extrema derecha. Europol, la agencia que coordina los cuerpos de Policía de la UE, ha creado un grupo de trabajo de 50 personas para evaluar la seriedad que las amenazas de la derecha más nacionalista supone en los países nórdicos. La agencia de La Haya cooperará, además de con Noruega, con Suecia, Dinamarca y Alemania, entre otros países. El portavoz de Europol, Soren Kragh Pedersen, indicó que este tipo de grupos están llevando a cabo «intentos tenaces y profesionales» para reclutar a nuevos miembros. Por su parte, algunos países ya han incrementado la vigilancia de estas formaciones, como anunció el ministro de Justicia danés, Lars Barfoed.
Gran parte del hervidero xenófobo, como con otros grupos radicales, se cuece en la web, donde la crisis económica y la llegada de la inmigración han sido terreno abonado para panfletos como el de Breivik, que colgó en Internet horas antes del atentado y en el que llama a una «cruzada» contra aquellos que permiten la llegada de los foráneos. Esta importancia de internet para la extrema derecha ya fue recogida por el informe anual de las amenazas terroristas de la UE de 2011 que elabora Europol. La extrema derecha no llevó a cabo ningún ataque durante 2010, y sólo se produjo un detenido relacionado con este tipo de actos en Italia. Es por ello que de las 44 páginas que tiene el informe, sólo una se dedica al terrorismo de extrema derecha. En ella, los expertos reconocen que estos grupúsculos están profesionalizando su comunicación, mantienen «contactos estrechos» y «son cada vez más activos en las redes sociales». Más aún, el informe concluye que si la primavera árabe aumenta el influjo de inmigrantes a Europa, «la extrema derecha y el terrorismo» vinculado a la islamofobia podrían dispararse.