Francia

Tiempo de patriotas por Alfonso Merlos

La Razón
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Que estamos en el kilómetro cero de la regeneración significa que no hemos hecho ni la mitad de la mitad de la mitad. Pobre de aquel que piense que ya ha echado el resto, que ya está consumada la mayor parte de los sacrificios, que este país ya está al límite de su entrega y que no hay margen para el ajuste: o es un irresponsable, o un blando, o un ignorante o un antipatriota. Pero sobre todo, su posición es inaceptable. En una España que le está exigiendo un último esfuerzo a los ancianos que se han dejado la vida por sus familias vendimiando en Francia y trabajando en Alemania, a los que se han deslomado durante décadas para sacar adelante sus negocios, es obvio que se debe obligar a sudar la gota gorda a todos los demás. Es lo que toca, lo que nos conviene, y no hay alternativa. No es que esta nación no sea lo que era. Es que no puede seguir siendo lo que ha soñado que era de dinero fácil y abundante que ni está ni se le espera. No es ningún disparate que se atornillen las condiciones de la jubilación, ni que se redoble la presión sobre quienes buscan trabajo, ni que se delimiten los beneficios que obtenían quienes disfrutaban de un empleo de por vida, ni que se meta la motosierra entre esa maleza onerosa que conforman quienes están en la Administración por ser «amigos de» o «hermanos de» o «cuñados de». ¡Progresemos, por favor!
Es una tarea ingrata, incómoda y hasta impopular la de marcar al resto de tus compatriotas un nuevo rumbo. Hace más de medio año se lo encomendamos soberana y democráticamente a un Gobierno del PP liderado por Rajoy. No cejemos en el aliento. Apenas hemos empezado a poner a prueba nuestro esfuerzo y nuestro valor, nuestro sentimiento vivo y nuestro compromiso fuerte con la recuperación. Sería tristísimo que nos agotásemos apenas abandonados los tacos de salida.