Ciudad del Cabo
España-Portugal: Hermanos o primos ésa es la cuestión
España, contra la mejor defensa: Portugal. Del Bosque repetirá equipo si juega Xabi Alonso, que se entrenó
A partir de las 20:30, en el estadio Green Point de Ciudad del Cabo, España y Portugal dirimen el paso a cuartos de final del Mundial de Suráfrica. ¿Favoritos? Antes del campeonato, los españoles; después, el pronóstico es incierto. Todas las razones que alimentan el suspense proceden del equipo de Vicente del Bosque, todavía por jugar un encuentro convincente al ciento por ciento y con su sello de calidad.
Los portugueses no han encajado un solo gol en la liguilla y no pierden desde el 11 de febrero de 2009. Si no fuera por los siete tantos que metieron a los norcoreanos, se les podría definir como un perfecto grupo defensivo. De hecho, acumula 19 partidos sin perder. No hincan la rodilla desde el 11 de febreo de 2009.
Entre las muchas peculiaridades de este partido, la fraternal rivalidad es una de ellas; si bien a la conclusión del choque los abrazos serán rotos y la cara del perdedor, más que la de un hermano será la del primo. Ninguno de los dos combinados quiere pasar por ese trance, lógico; pero por lo que nos atañe, coincidimos la mayoría de los españoles en que la eliminación adquiriría cimas de fracaso porque hasta Suráfrica llegó España el 11 de junio para ganar el Mundial. O intentarlo. Caer en octavos sería otro baldón.
Para ganar a Portugal, España tiene que ser más consistente y más fiel a su estilo de lo que ha demostrado hasta ahora. Suiza dejó un amargo sabor de boca por la derrota, más que por el fútbol desplegado. Puede decirse que aquel día hubo mala suerte... También, que la selección jugó empalagosa y lenta, previsible. Contra Honduras, los goles hicieron justicia y Del Bosque criticó el segundo tiempo de su equipo, que permitió que el partido se rompiera. Y frente a Chile lo mejor fue el triunfo, que daba el pase a octavos como primera de grupo.
Pero España no fue España. Los primeros 20 minutos estuvo a merced de los kamikazes chilenos, a quienes frenó con un golazo de Villa, tras fallo de Bravo, y con otro tanto de Iniesta, el de la tranquilidad. Sin embargo, contra un adversario que jugó una hora con diez, encajó un gol, sí, de rebote, y en momento alguno dio sensación de que podría golear, porque apenas creó ocasiones.
Para ganar a Portugal hay que ser mejor, mucho mejor, que en cualquiera de los tres partidos anteriores. Plantilla hay para demostrarlo, hay porteros, defensas, centrocampistas y delanteros; hay entrenador, demostrado en la fase preliminar con diez victorias, pleno, ¿qué falta? El fútbol de los penúltimos tiempos, la convicción sobre el terreno de juego que todos tienen fuera de él, y, seguramente, algo de suerte. Sería importante recuperar a Xabi Alonso para mantener el once que rindió a Chile.
El tolosarra se entrenó con el grupo. Si no jugara él, Del Bosque anticipó que entraría Javi Martínez. Arriba seguirá Torres, pese a la falta de puntería que ha demostrado en sus tres apariciones. Del Bosque valora otros aspectos del juego del «Niño». Y también sus compañeros. «No comparto que digan que el rendimiento de Fernando es bajo. Lo único que se le puede achacar en la primera fase es que no ha marcado. Han sido espectaculares sus ganas por estar con nosotros. Hay que agradecerle el esfuerzo tan grande que ha hecho por estar con la selección», aseguró Villa.
Portugal no alterará sus costumbres, aunque sí su alineación: Mendes entraría en el puesto de Pepe, Simao por Dani, y arriba, Cristiano y Liedson. En resumen, Queiroz jugará con «CR7» y diez más. «A Cristiano no hay que dejarle controlar el balón», dice su amigo Ramos. «Ronaldo todavía puede acabar la temporada con un título», amenaza Queiroz.
Además de a Portugal, España se enfrenta a la maldición de octavos. Participa en su decimotercer Mundial. Comenzó la andadura en 1934; Italia la despidió en cuartos de final; en 1950, en Brasil, se obtuvo la mejor clasificación de la historia, cuartos; en el 62 (Chile) y en el 66 (Inglaterra) la tumba fue la primera fase, como en Argentina (1978). En 1982 ser el anfitrión pronosticaba un viaje largo; duró hasta la segunda fase. En México (1986) se llegó a cuartos, no más allá porque Pfaff detuvo el penalti a Eloy.
En 1990 (Italia), Yugoslavia ganó 2-1 a los españoles en octavos; en 1994 (Estados Unidos), se dio un paso más adelante, hasta que Luis Enrique "chocó"con el codo de Tassotti y los Baggio, Dino y Roberto, demostraron más puntería que Julio Salinas. En 1998 (Francia) el chasco fue mayor porque no se pasó de la liguilla.
Los buenos vientos que soplaban en el Mundial de Corea y Japón (2002) los cambió de dirección El-Ghandour y fueron los coreanos quienes saltaron de alegría tras la tanda de penaltis. Cuatro años después, en Alemania (2006), Ribery, Vieira y Zidane rompieron en mil pedazos el sueño español, que volvió a truncarse en octavos. ¿Maldición? Lo es que en una docena de participaciones sólo se haya alcanzado un cuarto lugar, con lo que significa el fútbol en el país.
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