Londres

La misteriosa última noche de soltera

La novia ya está en Londres. Aprovechando la noche como aliada, Kate Middleton llegó la pasada madrugada a la capital británica conduciendo su propio coche y acompañada por un escolta.

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La joven llevaba un «trench» en tonos beiges y el pelo recogido, detalle que ha desatado toda clase de rumores sobre un posible moño para el gran día. Fue la última vez que la prometida del príncipe dejó la casa familiar en Bucklebury como mujer soltera.

Desde que se anunció el compromiso, el pequeño pueblo situado en Berkshire se ha convertido en el oasis particular de la pareja, un escondite a salvo de los fotógrafos y la presión de tanto preparativo. Allí, acompañada de sus padres y hermanos, descansó durante toda la Semana Santa con una única visita de Guillermo el domingo, quién se desplazó hasta la aldea para comer con sus futuros suegros. Las cámaras tampoco consiguieron capturar ese momento único.

Paquetes camuflados
Aunque se sabe que Kate disfrutará de su último día como soltera sola, los medios ayer no se ponían de acuerdo sobre dónde pasó la noche del miércoles. Algunos la situaron en Clarence House y otros en el Hotel Goring, donde desde hace horas van llegando paquetes y furgonetas con vestidos totalmente camuflados por fundas. El céntrico hotel ha sido tomado por las fuerzas de seguridad. Los perros huelen hasta la última carta que llega a recepción y los agentes vigilan cada movimiento de los miembros de la familia de la novia que poco a poco van llegando. Se comenta que los Middleton han desembolsado hasta 20.000 libras (22.500 euros) en costes de alojamiento.

Aunque por ahora todo son rumores, como el precio del vestido de la novia. «The Sunday Times» llegó a decir que el total de todos los trajes que llevará rondarán las 30.000 libras (más de 33.000 euros). Los fotógrafos estaban ayer a las puertas del hotel intentando arañar cualquier detalle que pudiera desvelar el nombre del modista. Todo se ha dicho ya sobre el gran día, por lo que, ante la falta de noticias oficiales, lo único que hacen los mentideros era especular. Las web de los rotativos más prestigiosos, como «The Times», llegaron a insinuar que los novios podrían dirigirse hoy a Westminster Abbey de manera secreta para hacer el último ensayo.

Sin embargo, fue ayer cuando la pareja fue retratada en la entrada de la abadía, a pesar de que era poco probable que pasasen inadvertidos ante la gran cantidad de fans que desde el lunes llevan acampados a las puertas para no perderse el día histórico. Al parecer, Kate pudo ensayar las últimas semanas el paseo por el pasillo central pero no de la mano de su prometido, sino de la del príncipe Enrique, el «best man». Finalmente, fue ayer cuando la pareja hizo ya junta la última prueba acompañada del clero que oficiará la ceremonia religiosa.
Primeros nervios

Las malas lenguas aseguran que es Guillermo quien peor lleva los nervios debido a su carácter. Kevin Marsh, el hombre que entrenó al heredero como piloto y que hoy es su compañero en la Fuerza Real Aérea, aseguró que siempre ha sido una persona muy inquieta que se concentraba al menos durante una semana encerrado en su habitación antes de cada examen. «Sin duda ahora estará frenético, pero Kate puede estar tranquila porque por su meticulosidad luego siempre desempeña un trabajo perfecto», matizó en un documental.

Tres vestidos a la española
Apenas faltan 24 horas para que se celebre la boda real y el traje de novia sigue siendo uno de los grandes misterios del enlace. A pesar de todo, la propuesta «made in Spain» no se ha hecho esperar y el director creativo de Pronovias, Manuel Mota, presentó ayer en su tienda londinense, tres vestidos de novia inspirados en Kate Middleton. «Es una chica muy alta y esbelta, guapa y actual.

Estamos muy contentos con los tres resultados porque, aunque tengan todos la misma línea, son 3 diseños totalmente diferentes», comentó Mota. La primera propuesta es la favorita del equipo, hecha con transparencias en mangas y espalda y bordados en forma de flor de lis y de la rosa inglesa. Del segundo vestido destaca a sobriedad del abrigo-cola, y, del tercero, el juego de transparencias y superposiciones. Los bordados y la línea lápiz están presentes en los tres modelos.