Pinto

Veda electoral

La Razón
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Las campañas electorales son una especie de veda que se abre para que los políticos puedan decir lo que a veces escapa al sentido común, incluso tonterías que rayan en la estupidez. También ocurren cosas novedosas, como que se mitinee en verso o en ripio, como hizo Aguirre en Pinto. La candidata del PP mira hacia la banca para intentar que acepte como cancelación de una hipoteca la entrega de las llaves del piso hipotecado que no puede seguir pagando el deudor, y la banca intenta mirar para otro lado. Tomás Gómez también echa una ojeada a los bancos, prometiendo primero la creación de uno público y anunciando después que si llega a gobernar, los bancos tendrán que pagar un impuesto en Madrid de 2.100 millones de euros. Y la banca no está dispuesta a dar un crédito de confianza a ninguno de los candidatos. Claro que quien vota es el banquero y no la entidad. Pero hay cosas que rebasan lo sobrenatural en lo que a sentido común se refiere, como lo dicho por Gómez, asegurando que hasta que no llegó Felipe González a la presidencia del Gobierno, la educación pública no existía en España. No es cuestión de puntos de vista, sino de memoria histórica. En los 50 González era casi un niño, que no gobernaba ni en su clase de Lengua, y este humilde columnista era un niño que acudía a una escuela pública, a las que íbamos el 90 por ciento de los niños porque la enseñanza privada estaba reservada a una minoría. En los 50, treinta años antes de que González llegara a la presidencia del Gobierno, había colegios públicos y maestros nacionales. Por esto y por otras cosas Aguirre ha dicho de Gómez: «El mentiroso oficial que me ha tocado en suerte». Veda abierta en campaña.