Dos miradas divergentes por José Luis Requero

Hace dos días felicitaba a «LA RAZÓN» por el debate entre el cardenal Cañizares y el ex presidente Rodríguez Zapatero. La reitero por el hecho en sí: no es habitual entre nosotros este tipo de «contiendas» entre personas tan significadas que representan puntos de vista divergentes. Pero salí frustrado. Los temas eran de primera magnitud y el cardenal Cañizares «sacó al ruedo» enjundiosas ideas y consideraciones sobre dignidad de la persona, valores, principios morales, raíces cristianas de Europa, etc. pero enfrente no había respuesta. En realidad no debería estar frustrado: el ex presidente no defraudó; fue fiel a sí mismo. Su discurso fue un conglomerado de buenismo y tópicos; unas veces frases campanudas, otras vacías y muchas obviedades o apelaciones vagas a la Ilustración como referente de un humanismo difuso e indefinido. De quien ha gobernado en los últimos ocho años –y negaba que hubiera crisis– esperaba algo de autocrítica; al menos del estilo de su entrevista en l Al Yazira: «España sufriría menos –dijo- si hubiera ahorrado más en los últimos años». Pero cuando se contempla la realidad de un país en ruina, a millones de personas en paro, miles de empresas arruinadas, Caritas dice que la pobreza de ahora es equiparable a la de la posguerra, como en la posguerra la solución es emigrar y buena parte de la juventud no ve futuro en España, cuando esto se ve es terrible que quien ha gobernado hable como si fuese ajeno a esta realidad.

El cardenal Cañizares advertía que bajo la crisis económica hay otra: la moral; el ex presidente miró sólo a lo estrictamente político, a un manido «más Europa». Sólo admitió que apelar a la «dignidad humana» ayuda, pero que los valores que encierra esa dignidad no resuelven, por sí solos, la recuperación económica. Antes de discrepar o darle la razón me gustaría saber qué entiende por «valores de la dignidad humana» o por «humanismo». De eso no habló pero ya se ve cuales son las coordenadas morales cuando se ha liberalizado el aborto o se ha hecho todo lo posible por dinamitar el matrimonio, cuando se ha intentado imponer la ideología en los colegios, etc. Parece coherente que no se capte la importancia de apelar a la dignidad humana.