Policía
«Oía voces que decían: coge un cuchillo y mátala»
«Coge un cuchillo y atácala». Un acusado de apuñalar hasta la muerte a su ex pareja en abril de 2007 asegura que unas vocen le ordenaron que matara.
Un acusado de apuñalar hasta la muerte a su ex pareja en abril de 2007 reconoció hoy en su declaración que la asesinó por orden de las voces que en su interior le gritaban que la atacara al sufrir un brote psicótico por no tomar la medicación que sigue por la esquizofrenía paranoide que padece. "Durante todo el día, oía voces que decían: 'coge un cuchillo y atácala'. Se me cruzaron los cables. Estaba en mi lucha interior de hacerlo o no hacerlo. Cuando la apuñalé, supe que cometía un error", declaró J.S. El procesado se enfrenta a una petición fiscal de 13 años y cinco meses de por coacciones leves y asesinato con la eximente incompleta de alteración psíquica y agravante de parentesco. La acusación particular, que representa a la familia, pide para él 20 años de prisión. El acusado relató que conoció a su víctima en la residencia en la que ambos estaban internos en Aravaca. Iniciaron una relación y el dejó de tomar la medicación para poder mantener relaciones sexuales con la chica. A los meses, el noviazgo finalizó. "Me enrabietaba que no me presentara a sus amigos y ese día me ofusqué porque no me agradecía todo el esfuerzo que hacía", aseguró. Me presenté en su portal vestido de negro -al modo Ninja- porque me lo decían las voces. "Cuando salió, la perseguí y la apuñalé", confesó, a lo que añadió: "se me cruzaron los cables. Estuve llorando mucho". Los padres de la víctima relataron al tribunal que conocían que su hija mantenía una relación con el acusado, pero que la terminó porque él era "muy pesado". Contaron que desde entonces, el chico no cesaba de llamarla y acosarla. Asimismo, los agentes de la Policía que procedieron a su detención en el Paseo de Extremadura recordaron que el acusado les manifestó que no pasaba nada porque estaba loco. "Dejadme, que estoy loco", dijo entonces. En el escrito de acusación, el fiscal relata que el procesado mantuvo una relación sentimental con la víctima que concluyó a lo largo de 2006. Según el fiscal, nunca aceptó la ruptura y desde entonces, llamaba de forma continua a su ex pareja para exigirle que volviera con él. El hombre le hacía regalos, le mandaba mensajes en el móvil, quería quedar con ella a todas horas, le decía que tenían que volver a salir y que se iban a casar. Y no aceptaba que la mujer no le presentara a sus amigos y tampoco que ésta hubiera iniciado una nueva relación. Esta situación se prolongó hasta la tarde del 15 de abril de 2007, en la que el acusado al haberse enterado que la mujer tenía una nueva relación, le dijo que "si no volvían a estar juntos, algo malo le iba a pasar", haciendo que ésta se sintiera acosada y molesta. Un día después, Jorge se dirigió al portal del domicilio de su ex pareja a su espera. Iba vestido todo de negro, con guantes de látex, zapatillas utilizados para artes marciales, un pasamontañas negro y un cuchillo de cocina de grandes dimensiones. Al cabo de tres horas, la víctima salió a la calle sin saber que el procesado la esperaba. Nada más verle, comenzó a correr por la calle Saavedra Fajardo hasta que éste le dio alcance en las inmediaciones del Paseo de Extremadura, donde sin mediar palabra la cogió por la espalda. Entonces, le agarró el cuello con el brazo izquierdo fuertemente, al tiempo que con el brazo derecho en el que portaba el cuchillo de 11,5 centímetros de hoja, le asesto diversas puñaladas en la zona del hemotórax derecho que le originaron un shock hipovolémico con heridas inciso punzantes, que determinó su inmediato fallecimiento. En el momento de los hechos, el procesado parecía una esquizofrenia paranoide que le anulaba parcialmente sus facultades intelectivas y cognoscitivas.
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