Anuncio de la Navidad

La Navidad parece anticiparse cada año invadiendo calles y escaparates. Comenzaba diciembre y ya se podía presentir en las esquinas de la ciudad: en el aire que nos llega con el humo blanco que desprenden las castañas asadas, en los puestos de las Avenida y de la Plaza de San Francisco, en la multitud de adornos de conocidos establecimientos y grandes almacenes, etc. Era Navidad cuando aún no había regresado la Pura y Limpia a su capilla del Postigo del Aceite –los «cien gramos de Catedral» de Maese Burgos–, antes de celebrar la fiesta de la Inmaculada Concepción. O al menos lo parecía. El espíritu navideño se adelanta también entre todos nosotros, conmemorando ya en estos días las típicas comidas o cenas que años atrás se celebraban hacia final del mes, con amigos de la infancia (algunos de los cuales se suelen ver –casi– únicamente de año en año), con compañeros de estudio o del trabajo. La popular frase «Felices Fiestas» se convierte así en saludo habitual en bares y establecimientos, preludio de unos días de descanso y convivencia familiar que aún no han llegado… Pero, quizás, no sea hasta esta tarde, cuando se haga realidad el presagio de estas pascuas. Porque hoy, Dios mediante, tendrá lugar el clásico anuncio de las fiestas navideñas, con el Pregón que organiza anualmente la Asociación de Belenistas de Sevilla. No será hasta las pasadas las 20 horas, en el salón de actos de Cajasol (sito en c/Chicarreros), cuando nos anuncien lo que ya se barrunta o intuye. Julio Cuesta Domínguez, presidente de la Fundación Cruzcampo, tiene el atril para emocionarnos con la verdad de la palabra. Sólo él, espléndido orador, conocedor de nuestras tradiciones, hombre profundamente cristiano, hará realidad en su verbo la certeza del comienzo de la auténtica Navidad.