Sin lluvia fina

El Fernando VII de la democracia española José Luis Rodríguez Zapatero ya es parte de los anaqueles de la historia, aunque a los ciudadanos de esta piel de toro nos costará años olvidarlo y sangre, sudor y lágrimas, como diría Churchill a los ingleses al acabar la II Guerra Mundial, el superar su triste herencia. Zapatero se va a casa tras siete años de caótica gobernación y con seis millones de parados a sus espaldas, además del cierre de miles de empresas y con una nación en el décimo noveno lugar de los países desarrollados cuando lo cogió a su llegada al poder entre los miembros del G-8. No se conoce peor gestión en Occidente, que afortunadamente ayer y por decisión soberana pasó a mejor vida. Ahora toca encarar un futuro lleno de incertidumbres y desafíos y en esa labor debemos implicarnos todos los españoles. La victoria del PP no conoce antecedentes, pero ello obliga a Mariano Rajoy a saber administrar el éxito con generosidad, mano tendida y la complicidad de todos para sacarnos de la crisis en la que nos encontramos. En la Región de Murcia se confirma la tendencia general: caída del PSRM en votos y un escaño, aunque retenga dos diputados; IU-V que se vuelve a quedar en puertas por el efecto del voto útil «sotto voce» de última hora, y UPyD que tampoco logra escaño, tal vez por no llevar entre sus cabezas de cartel una cara mínimamente más reconocible. El mapa cambia a peor para el PSRM de Saura y Veracruz, lo que confirma el estancamiento endémico en el que se han instalado los socialistas estos últimos años ,y que debería obligarles a replantear su actual estrategia. No sirve de nada seguir como hace años sin que nadie haga nada para salir de esa tierra de nadie. Barreiro puede darse por satisfecha al mejorar sus resultados, que podrían haberse visto recompensados con algo más de lluvia fina, pero ya sabemos que la lluvia en esta tierra escasea, porque como decía Miguel Hernández, o llueve poco, o la que cae siempre hace daño