Aventuras a lo grande

Tras haber dejado la espada en alto con el libro anterior, «Venganza en Sevilla», miles de lectores esperaban con ansia el desenlace de la trilogía «Martín Ojo de Plata», que arrancara con «Tierra firme» y concluye con esta «Conjura de Cortés». En esta ocasión acompañamos a su protagonista –con sus identidades: Catalina Solís/ Martín Nevares– en una aventura con un menú imposible de rechazar: un mapa, un tesoro, un arcano texto, una conjura para derrocar a la corona de española en Nueva España y una mujer que persigue concluir su venganza. En el arranque, encontramos a Catalina después de en la anterior entrega perdiera un ojo en el combate contra los Curvo –la familia sevillana, culpable de la muerte de su padre. Sólo uno logró escapar con vida, convirtiéndose en la única persona que le falta por matar, para cumplir el juramento que le hizo a su padre en el lecho de muerte.

Nuestra protagonista vive en la clandestinidad, pero su carácter ha cambiado. Los años transcurridos y los acontecimientos vividos han convertido a la inocente niña del inicio de la saga en una mujer decidida e incluso, en ocasiones, cruel. Aunque, también la veremos enamorada de Alonso, que acatará su fortaleza sin condiciones. La vida no le da tregua: después de haber perdido a dos padres, dos madres y un hermano, se pregunta: «¿Cuánto dolor le es dado resistir al corazón humano antes de quebrarse?». Y la respuesta no tardará en llegar.

Tesoro de palabras
Asensi tiene unas señas de identidad estilísticas definidas: Dinamismo, agilidad, buena construcción, el respaldo de una concienzuda documentación. Recoge el testigo de los grandes de la literatura clásica de aventuras, como Stevenson, Defoe, Salgari o Dumas para componer novelas llenas de encanto y credibilidad. Sólo se ha permitido una licencia –muy meditada–: el hecho de que su protagonista piense más como una mujer de nuestra centuria que como una dama del Siglo de Oro, con la intención de enfatizar el mensaje feminista de la obra.
Por tanto, no se trata de un libro de éxito seguido de secuelas superfluas y artificiosamente alargadas hasta la extenuación, sino de una trilogía compacta, sin un solo cabo suelto, perfectamente orquestada y estructurada, que ofrece una impresión de unidad. El final del libro, y de la saga, es simplemente perfecto, como no podía ser menos para la gran joya de este tesoro de palabras.