Las altas temperaturas alteran la calidad de los medicamentos

En vacaciones, dentro de la maleta no puede faltar un botiquín. Y no es suficiente con guardar tiritas y agua oxigenada. Hay que tener en cuenta aspectos como la época del año en la que estemos y el destino del viaje. Y es que, con el calor del verano, los principios activos de algunos fármacos se pueden deteriorar, y dejan de ser activos o incluso resultan perjudiciales. Es fundamental guardarlo en un lugar fresco, seco y sin luz, para que no se altere el contenido, especialmente los medicamentos. Pese a que muchos lo guardan en el baño o la cocina, desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos dicen que no son lugares adecuados, porque se producen cambios bruscos de humedad y de temperatura que pueden degradar los productos. Tampoco hay que llevar las pastillas contadas en un recipiente. Deben estar identificadas y guardadas en su envase. Algunas soluciones pueden ser un «caldo de cultivo» para bacterias. Por ello, se debe estar pendiente de los medicamentos que precisan preparación previa, como los jarabes o fármacos con un periodo de conservación limitado una vez abiertos, como los colirios.