Sevilla

Javier Arenas: «En Andalucía es donde más urgen las reformas de Rajoy»

El líder andaluz ejerce de anfitrión del congreso del PP, que aspira a gobernar esta región tras 30 años de poder absoluto del PSOE

Javier Arenas: «En Andalucía es donde más urgen las reformas de Rajoy»
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Sevilla- Arenas responde en el despacho de la calle San Fernando de Sevilla, sede regional de su partido donde recaló en 2004 con la derrota arrastrada desde el andén de la estación de Atocha. Entonces, el PP había sido desalojado abruptamente de Moncloa y presentaba los peores resultados de su formación en unas elecciones regionales: Chaves acababa de ganar por quinta vez respaldado por una mayoría «hiperabsoluta». En estos días, con la victoria electoral a la mano, Arenas sortea la agenda, lo reclaman aquellos que antes no recordaban su nombre y él lo apunta desde la cartelería de las nuevas campañas preelectorales: «Javier», a secas. «Tengo que atender seis o siete entrevistas. Me llaman para no sé cuántos foros», dice con ese ímpetu en el que se reivindica. Sus colaboradores agolpan anotaciones y propuestas: se exprimen fechas y horas para llegar a una mayoría absoluta que dan por segura los estudios demoscópicos más recientes. «Ahora, todo el mundo parece apoyar, ¿no?», le dice por lo bajo el entrevistador, sabiendo que en los dos últimos años, y cada semana que pasa, al reducido coro de voces críticas andaluzas se han ido sumando «arenistas de nueva generación». Parte del gran empresariado, de los intereses de poder y también alguna sensibilidad sindical ya han virado hacia el PP esperando recoger los frutos de esta restaurada relación. Es un indicativo fiable de las posibilidades de victoria. Cobijado bajo el acento y la campechanía, Arenas ha acabado resultando un político largo, larguísimo, con la ambición educada para no provocar interferencias y la voz teñida de mando. No es de ordenadores, ni de tabletas Apple. Sus adversarios temen una memoria que recuerda los nombres de pila de los cientos de paisanos a los que ha saludado en los más de 770 pueblos de Andalucía. Él cree que estrechando la mano, una a una, los ciudadanos desmontan los tópicos, el estereotipo y se llevan una porción de la persona real, no de la ficción engordada por el marketing o por las insidias políticas. Este fin de semana será el anfitrión en el Congreso Nacional del PP, que comienza esta tarde. En lo orgánico se atisba un Congreso de bombones austriacos y oropeles, mientras él tiene pendiente la última conquista. Ante el próximo 25 de marzo, el PSOE andaluz de José Antonio Griñán presenta una guerra interna, una sacudida pública por el escándalo de los ERE y un malestar social ante la grave situación económica andaluza que soporta más de un 30% de paro.

–A tenor del balance del actual presidente andaluz, voces notables del PSOE dicen con sorna que Griñán es del PP.
–¿Eso dicen?

–Griñán apenas lleva tres años en el poder y Chaves atravesó casi 20 años sin ningún atisbo de derrota. ¿Tan determinante ha sido Griñán para que el PSOE andaluz, implacable y enraizado, acabe desmoronándose?
–Bueno, hay un hecho cierto: que la velocidad del cambio en Andalucía ya demostró ser más intensa que en el resto de España a tenor de los resultados de las elecciones generales del pasado 20 de noviembre. Tenga en cuenta que el PSOE en esta tierra lleva 30 años en el poder. En ese tiempo, el que es hoy presidente ya era viceconsejero de Trabajo y han pasado ¡tres décadas y siguen gobernando! Ante la gestión fallida de Griñán, que no es referente de nada ni de nadie, Chaves sigue siendo el líder de los socialistas. A su falta de experiencia en el Gobierno, ha sumado el desconocimiento de la calle y un síndrome de la burocracia y la moqueta. Todavía no ha descubierto que hay vida más allá del despacho. Y eso se nota.

–La instrucción judicial del «caso de los ERE» trata de aclarar cuál ha sido el destino de 1.000 millones de euros. En la Historia, sólo la «operación Malaya» tiene mayor dimensión, con 2.400 millones de euros saqueados. Las raíces del caso se remontan a 1999. ¿Cómo explica que haya estado oculto más de diez años?
–El desgraciado asunto de los ERE no puede empañar toda la imagen de una comunidad y sus más de 8 millones de habitantes. Pero este «todos lo sabían» que no ha trascendido tiene mucho que ver con la concepción del poder como un régimen. Y con el uso del miedo como arma política del Partido Socialista. Yo aspiro a ser un gobernante respetado, no temido. Durante décadas, un partido ha intentado hacer de Andalucía su propiedad y si no compartías esa imposición lo sufrías en «carnes propias». Ha habido un pésimo funcionamiento de los controles administrativos, por supuesto. Pero es que también el PSOE se ha encargado de limitarlos o liquidarlos creando una administración paralela para escapar del control burocrático. Recordemos que llevamos más de 15 años sin una comisión de investigación en el Parlamento.

–En vísperas de hacerse público que el chófer de Guerrero destinaba dinero de los ERE al consumo de cocaína y fiestas, usted dijo que lo peor del caso estaba por conocerse. ¿Dosificarán la información ante la cercanía de los comicios?
–Insisto, lo peor de los ERE está por saberse. Lo que ya se conoce es muy grave: la actuación de la Junta sin controles ni a priori ni a posteriori; la concesión de fondos sin publicidad; la dilapidación y el reparto entre amigos del poder; las cuantiosas comisiones pagadas y negadas por el propio Gobierno andaluz de forma insistente. Asistimos a un saqueo de fondos públicos sin precedentes.

–El Gobierno de Rajoy ha aprobado dos medidas de gran impacto público: subida de impuestos y reforma laboral. ¿Desmiente así a los que preveían que retardaría las medidas para no afectar a las expectativas del PP en Andalucía?
–Creo que es un argumento ridículo. Rajoy no está gobernando con el freno puesto por las elecciones andaluzas. Estamos ante el Gobierno más reformista de la democracia. Son reformas para la esperanza; en cada Consejo de Ministros ha habido una iniciativa trascendente. Los Presupuestos Generales del Estado tardan en diseñarse unos seis meses, el compromiso de Rajoy es presentarlos en tres meses y delo por seguro de que los presentará. Las medidas más ingratas tienen su origen en una gran mentira sobre el déficit público en España propagada por el Gobierno de Zapatero. A diferencia de lo que pasaba con los socialistas, los sacrificios serán equitativos. No hemos subido el IVA porque eso sería castigar a las clases bajas igual que a las clases medias y altas.

–La reforma laboral se sustenta en la idea de que la riqueza la crea la empresa y al empresario se le confieren más potestades, incluso por encima de los derechos del trabajador. ¿Qué respuesta ha visto en Andalucía?
–La comunidad que más necesita la esperanza de estas reformas es Andalucía. Tenemos el triste récord en número de parados de España y de Europa. Cerca del 98 por ciento de nuestros contratos son temporales y lo único que no nos perdonarían los parados andaluces es que miremos para otro lado. La ministra de Empleo, Fátima Báñez, ha hecho un gran trabajo, que persigue la modernización de las relaciones laborales, la estabilidad en el empleo y la fluidez en la negociación colectiva. El espíritu de esta reforma está en los acuerdos que firmaron sindicatos y empresarios en 1997 siendo yo el ministro de Trabajo.

–Rajoy ya ha alertado en el Congreso de que será un mal año para el empleo. Teniendo en cuenta las necesidades sociales, especialmente acusadas en Andalucía, ¿tiene previsto reforzar las ayudas sociales?
–Hay dos cosas que me quitan el sueño: el 55 por ciento de paro juvenil que soporta nuestra comunidad y las 400.000 familias sin ingresos de nuestra tierra. Esta situación se está pudiendo paliar gracias a la solidaridad de todos, especialmente de los mayores y las familias. Las primeras medidas que preveo aprobar contemplan aprobar un fondo de emergencia social para atender a las familias sin ingresos. Y en mi compromiso está que todo lo que se recupere de los ERE serán ayudas para ese fondo de prestación netamente social.

–Según las encuestas, tras el 25-M, hay dos posibilidades: gobierno de mayoría absoluta del PP o suma de PSOE e IU. Esta semana el líder de IU, Diego Valderas, afirmaba que con lo que no contaba es con el proceso de autodestrucción que ha iniciado el PSOE de Griñán.
–Según todas las encuestas, el Partido Popular está llamado a protagonizar un cambio histórico en Andalucía y contamos con el respaldo de una mayoría social amplia. Pero yo no quiero la gloria de la victoria, ni el titular del día siguiente («El PP gana por primera vez en Andalucía»), sino convertir la resignación en esperanza y en confianza para el futuro. Mi obsesión es generar oportunidades para 1.200.000 parados andaluces.

–¿Cuáles serán las trazas de su política económica?
–Nuestro diseño de gobierno pasa por que éste sea el más austero, el más reformista y el que cuente con más capacidad de llegar a acuerdos con otras fuerzas políticas y sociales para posibilitar la creación de riqueza. La primera condición para la esperanza es decir la verdad. En segundo lugar, el cambio en sí es ya una esperanza. Por último, el conocimiento profundo de nuestra tierra deja claro que la recuperación tiene que venir por reforzar el turismo, la agroindustria y por la apuesta decidida para crear la mejor zona residencial de la Unión Europa.

–Muchos ayuntamientos tienen problemas para hacer frente a su masa salarial. ¿Teme un brote de conflictividad ante los posibles impagos?
–Yo suscribo al cien por cien las palabras del secretario de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo: «Ahora mismo lo peor que puede sufrir la sociedad española es un conflicto social». Los sindicatos han dado grandes muestras de sensatez en 30 años y no se van a apartar de esa senda. En dos años tendremos unas administraciones distintas, nuevas, eficaces. Y el Gobierno ya ha entregado un paquete de medidas, como las ayudas a la financiación del ICO, para ir solucionando la situación municipal.