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Fraude de ley

La Razón
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Madrid ni Barcelona. De los grandes abajo, ninguno. Todos endeudados. Muchos deben cantidades que no pueden satisfacer y de ahí que la llamada mejor Liga del mundo, en teoría envidiada por nuestros pares, no puede levantar una lagartija por el rabo. Somos el país récord en clubes sometidos al concurso de acreedores. De los veinte europeos en tal situación sólo uno no es español. Además de ser deudores de Hacienda y Seguridad Social, y acreedores varios, hay clubes que deben a otros y ponen en el aire la posibilidad de que los deudores cobren lo que se les adeuda, como les puede pasar con el Zaragoza, Deportivo y Valencia. El Dépor puede quedarse sin parte de lo que un juez ha dictaminado por el caso Lafita y al Valencia aún le deben parte de la venta de Arizmendi. Ángel Torres, presidente del Getafe, pidió el descenso administrativo del club aragonés por impago del traspaso de Uche.
Fernando Roig, presidente del Villarreal, ha sido rotundo al afirmar que «la concursal es competencia desleal». Aboga por «la seriedad». Dice que lo «mejor es llegar donde se puede y no prometer para luego no pagar». Roig lleva ya tres años pronosticando la catástrofe si no se toman medidas. Él optó por reducir el presupuesto cada año para cumplir. Parece que es sólo prédica en el desierto. La Liga de Fútbol Profesional es un estamento inútil tal y como la conforman los clubes de la élite.
Posdata. A los clubes españoles les importa una higa la amenaza de la UEFA que exige «juego limpio financiero».