Sevilla

Rivas antes de los arrestos: «Éstos van a ir a la cárcel ya»

«Quieren condenarnos por algo que suponen que íbamos a hacer, pero no hicimos», asegura uno de los imputados.

El ex delegado de Empleo de la Junta en Sevilla y ex alcalde de Camas, Antonio Rivas
El ex delegado de Empleo de la Junta en Sevilla y ex alcalde de Camas, Antonio Rivaslarazon

SEVILLA- Camas estaba de Feria, pero lo que se vivió hace cinco años fue una especie de Fallas con una serie de políticos como ninots. A saber, los líderes del tripartito –Agustín Pavón (IU), Antonio Enrique Fraile (PP) y José del Castillo (PA)– que arrebató el poder en el municipio al PSOE, donde estaban en liza importantes intereses urbanísticos. Los conocidos, la recalificación de la finca de los Hallones, en cuya operación de venta se movieron en un día 31,3 millones en 2000; la construcción de un tanatorio, investigada por el presunto cobro de comisiones del Gobierno anterior; y se barajó llevar Fibes al término local.
En estas operaciones, un nombre común: el del delegado de Empleo hasta que dimitió por el «caso Mercasevilla» y ex alcalde camero Antonio Rivas. Los encartados en el «caso Camas» señalan a Rivas como el «cerebro» de una «trama-trampa». El encargado de prender el ninot. Según el escrito de arrepentimiento de la tránsfuga Larrinaga, Rivas conocía los pinchazos telefónicos antes de las detenciones. Y según fuentes municipales, en aquella Feria de 2005, inaugurada por Curro Romero, Rivas «predijo», en referencia a Pavón, Fraile y Del Castillo: «Éstos ya van a estar en la cárcel». La sentencia cobró sentido en poco tiempo, cuando los ediles y el empresario Eusebio Gaviño fueron detenidos 20 horas, sumándose el ex alcalde no mucho después.
Los imputados defienden que las cintas que dieron origen a las detenciones están manipuladas y no son las originales, compartiendo esto la Fiscalía. El juez ordenó verificar las voces. La Guardia Civil concluye que no reconoce la voz de Fraile y que las del resto de imputados son «más fáciles de observar». Como prueba, también, además de la acusación de Carmen Lobo, está el sobre con 12.000 euros con el que, presuntamente, se trataba de comprar su voto en el Pleno. «Pensábamos saltarnos el ‘Stop', pero al llegar a la señal, no nos lo saltamos. Quieren condenarnos por algo que suponen que íbamos a hacer, pero no hicimos», resume un imputado. El objetivo de la «trama-trampa», según los inculpados, era «romper el pacto», algo que «Rivas ya intentó desde el primer día de Gobierno».
 Tras la investidura, «comienzan los contactos de Rivas», asegura Fraile. «A Miguel Ángel Ballesteros lo invitan a la frontera de Portugal para plantearle una moción de censura». La todavía edil popular Larrinaga buscaba trabajo para su marido. Envió el currículum a Lipasam y, según Fraile, le pidió que intercediera. El concejal, «a través de Paco Mir», contacta con Alfonso Mir del Castillo, para que «tenga en cuenta el currículum, cuando haya sitio». «Nos hacemos cargo», dijo el entonces gerente de Lipasam. «Cuando Mir habla con su gente –el PSOE–, se dan cuenta de que Larrinaga es la persona que pueden comprar», añade Fraile. Consiguen plantear una moción de censura, infructuosa debido a que, la noche antes, se localiza a la tránsfuga en un hotel de Punta Umbría, «invitada por el PSOE». El equipo de Gobierno se la lleva a Mallorca, «para alejarla de la influencia del PSOE». La moción fracasa. Fraile llamó a Rivas, que «se puso como un energúmeno». «Eres un listo, como todos los del PP, y esto me lo vas a pagar». El siguiente capítulo se denomina «caso Camas».


La grabación que derivó en las detenciones
Carmen Lobo fue citada el 12 de septiembre de 2005 en un bar por el empresario Eusebio Gaviño. Se produce la siguiente conversación, en la que el presunto intermediario pide a la tránsfuga de IU que apoye a Pavón para que sus proyectos salgan adelante y «poner el pueblo en órbita».
–«Y a cambio, qué recibiría yo».
–«Carmen, te ofrezco resolver tu vida, la de tu hija y la de 20 generaciones tuyas. Si mañana nos vemos, verás qué gente tengo yo detrás».
–«¿Qué gente hay detrás?».
– «Empresarios. Pero si no lo haces tú, lo hace otra persona».
– «Lo sé... todos tenemos precio».
– «El tren pasa una vez por la vida. Una sola vez. Está todo corrompido. (...) ¿Qué ganas tú? Tu porvenir y el de tu hija. (...) Esto es un filón. Esto es oro, oro y oro».
–«¿De qué se trataría?».
–«Tenemos que sacar plenos puntuales. Y de ‘esto' nos vamos a llevar tanto, y de ‘esto'' tanto».
– «Pero ‘tanto', cuánto es».
– «Pues 200, 400 millones de pesetas, 500 millones…».
–«En resumidas cuentas, serían 200 millones por Pleno».
–«Nosotros te daríamos cada uno 200 millones de pesetas de aquí a final de año. Y tengo otra cosa: un piso en la playa, no a nombre tuyo, sino de otra persona. No tienes ni idea de lo que se está cociendo ahí. Y controlado por nosotros. Salvas a tu pueblo, y te lo vas a llevar. Si tú fallas, falla todo».
En el siguiente encuentro, la Policía interceptó un sobre con 12.000 euros entregado a Lobo.