Barcelona
Nobel póstumo a la lucha por la vida
Suecia otorga el galardón a Ralph Steinman sin saber que falleció el pasado viernes . Él y los otros premiados han contribuido a las vacunas del cáncer
Dedicó toda su vida a la investigación sobre el sistema inmunológico, sobre cómo el organismo combate las enfermedades. Sus hallazgos fueron clave en la lucha contra enfermedades como el cáncer. Y él mismo pasó sus últimos años librando una batalla contra un tumor de páncreas con la terapia basada en sus propias investigaciones. Pero el viernes, Ralph Steinman falleció a los 68 años, sin saber que, sólo tres días más tarde, sería elegido ganador del Nobel de Medicina.
La noticia del fallecimiento de Steinberg se hizo pública tres horas después de que el Instituto Karolinska sueco comunicara la de los premiados con el Nobel, que Steinman comparte con el estadounidense Bruce Beutler y con el francés Jules Hoffmann, también por sus trabajos sobre inmunología. La Universidad Rockefeller de Nueva York confirmó que falleció tras burlar cuatro años al cáncer «con la inmunoterapia de célula dendrítica que él había diseñado».
El hecho de que el principal ganador (le había correspondido la mitad del premio) estuviera muerto daba lugar a una situación inédita, pues los estatutos de los Nobel estipulan que no se pueden conceder a título póstumo. Aun así, y tras muchas deliberaciones, la Academia Sueca decidió que el jurado había obrado «de buena fe» y mantuvo el galardón. La dotación económica, alrededor de medio millón de euros, será donado al país de origen de Steinman, Canadá.
La muerte de Steinman dejó en un segundo plano la importancia de los hallazgos de los tres galardonados. La Academia destacó que sus estudios «han revolucionado nuestra comprensión del sistema inmune». Beutler y Hoffman han trabajado sobre la inmunidad innata; Steinman, sobre las células dendríticas, que están en la base de la inmunidad adaptativa. Manel Joan, jefe de Inmunología del Hospital Clínico de Barcelona, explica que «las terapias con células dendrítias son ya una realidad en algunas de las nuevas vacunas ‘‘personalizadas'' que se están ensayando contra el VIH y para ciertos tipos de cáncer».
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