Sevilla

OPINIÓN: El paradigma Bellavista

La Razón
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El colapso del tinglado clientelista del PSOE andaluz se comprenderá en un futuro no muy lejano con el epítome de Bellavista. Los caciques de las agrupaciones más poderosas, el tal Raúl Medinilla entre otros, son a la vez la última esperanza y la perdición del candidato Juan Espadas, de todos los juanesespadas de la región. Esperanza, decimos, porque son los únicos capaces de movilizar a los votantes desencantados de su feudo con una campaña de verdad puerta a puerta; y perdición, porque esas cosas no se hacen gratis, sino a golpe de promesa (presencia en las listas, nombramientos de asesor, pequeños o grandes contratos a los empresarios adeptos…) de obligado cumplimiento. El candidato a la Alcadía ha caído en la tentación regeneracionista pero una estructura partidaria no es más que una versión legal de Cosa Nostra: una vez dentro, no caben remilgos. Ha dejado al «consigliere» Medinilla, y a algunos otros «fratelli», sin su parte del botín y ahora lo va a pasear por los barrios Rita la Cantaora. Se podrá dar por satisfecho si alcanza la docena de concejales. La corrupción después de tres décadas de gobierno está tan incardinada en el quehacer socialista, un auténtico «modus operandi» delincuencial, que no se disimula con medidas meramente cosméticas. Si su voluntad de limpieza es sincera, Espadas debe actuar contra la raíz y someterse a las urnas en 2015. Suerte.