El «pantojo» del pirateo no paga a sus abogados por Pepe Bouza

No hay nada más cargante que un famoso en apuros. Enseguida apela a su «famosidad» para defender su inocencia, como si ambas estuvieran conectadas por una de esas cuerdas invisibles que unen los universos paralelos. Dicho más o menos. Desde que la Justicia neozelandesa lo dejó suelto, @kimdotcom tuitea compulsivamente en defensa propia, con una llantina que lo iguala con la inigualable Lola Flores y cuantos famosos han desfilado ante su señoría. «El fiscal ha pasado 4.000 horas. Hasta ahora. Mis fondos congelados. No puedo pagar a mis abogados». Conmovedor. El prototipo del pirata moderno se ríe de todos nosotros en las redes sociales con la misma soltura que roba megas de autor. Entre snif y snif, se fotografía divirtiéndose en una fiesta cuyo protagonista es un «stripper» enano; paseando en carritos de golf adaptados por verdes llanuras, o jugando al póker «at the mansion» de varios millones de pavos de procedencia poco dudosa. Sin embargo, sus cien mil seguidores se antojan pocos para su fama mundial (él sólo sigue a @BarackObama). Dotcom culpa a Twitter por no verificarle la cuenta, pero más bien parece que el «pantojo» del pirateo está perdiendo la partida.