París

Aguirre recuerda que votando al PP también censuran a Zapatero

La presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, cierra hoy su campaña para gobernar otra legislatura en la Comunidad, quince días en los que ha pedido a los madrileños que den un "voto de censura"al "desastre"de Rodríguez Zapatero y que apoyen el proyecto del PP, al que todas las encuestas dan ganador.

Una campaña "en clave nacional"que Aguirre, convaleciente aún de su operación de cáncer de mama, se ha tomado con más calma que en otras ocasiones, sin que ello le impidiera recorrer los principales municipios de la Comunidad para pedir el voto, sobre todo en los "feudos socialistas del sur", como ella los denomina.

La candidata del PP a la reelección ha pasado en los últimos días por Parla, Fuenlabrada, Alcorcón, Collado-Villalba o Getafe pidiendo votos y lo mismo ha hecho en pueblos "populares"como Alcobendas, Majadahonda, Móstoles o Tres Cantos, donde ha pedido apoyos para un programa de Gobierno marcado por la austeridad y la crisis y por tanto, escaso en novedades, que consolida actuaciones de los últimos ocho años.

La próxima legislatura, según ha explicado Aguirre, serán la de la Educación, la consolidación de la enseñanza pública bilingüe, la protección de los consumidores frente a los bancos cuando firmen una hipoteca o la captación de nuevas empresas para la Comunidad, poniendo el suelo a precios más asequibles.

Será además, ha dicho la presidenta, la legislatura de la "libertad", de la libre elección de centro educativo, de la Sanidad "a la carta, universal, gratuita, y de la máxima calidad", pero no la legislatura del "copago", como dicen sus adversarios socialistas, pues ha asegurado que "nadie tendrá que llevar la tarjeta de crédito en la boca para ser atendido"en un centro público.

Esta afirmación y otras de Tomás Gómez han llevado a la presidenta a decir que su rival socialista "miente"cuando dice que estudió en un colegio privado de Parla porque en su época no había colegios públicos o que el PP va a cobrar por la Sanidad y a privatizar el Canal, los colegios o los hospitales para dárselo a los "amigos"de Aguirre, afirmaciones que le costaron una querella por calumnias al PSOE.

Los socialistas "contraatacaron"a la presidenta interponiendo una denuncia contra los carteles publicitarios "anónimos"del PP, que mostraban a Zapatero y Gómez riéndose a carcajadas junto a la frase "5 millones de parados"y el famoso propósito del candidato socialista de querer para la Comunidad lo que el presidente del Gobierno había hecho en España.

El PSOE ganó esa batalla al PP que finalmente, y por orden de la Junta Electoral central, tuvo que firmar -que no retirar- los polémicos anuncios, cuya autoría, por otra parte, nunca negaron los populares.

Entretanto, Aguirre, Gómez y el candidato de IU, Gregorio Gordo solo han celebrado en esta campaña un debate televisivo, en Telemadrid, en el que estuvieron los tres, con intervenciones "de dos en dos", y donde el candidato socialista mostró una carta que recogía supuestas reclamaciones económicas de los adjudicatarios de las obras de los nuevos hospitales, que la presidenta se encargó de desmentir.

Aguirre ha dedicado todos y cada uno de estos quince días a advertir a los madrileños de que "no se fíen"de las encuestas que dan el triunfo en Madrid al PP por mayoría absoluta y a pedirles que el domingo vayan a votar, para que Madrid "no se pare"y siga siendo "líder"en España.

Pero, por encima de todo, les ha recordado que votar al PP significa también "dar un voto de censura"a Rodríguez Zapatero, a quien hace responsable de los cinco millones de parados de España, de no saber "qué hacer para salir de la crisis"y de permitir que "ETA se siente en las instituciones democráticas"junto a concejales "amenazados, distorsionados y apuntados"con las pistolas de los terroristas.

Y mientras esto sucedía, Aguirre ha perdido en plena campaña a uno de sus mejores amigos, el golfista Severiano Ballesteros, a cuya familia no pudo acompañar por problemas en el aeropuerto de Barajas y al que tampoco ha logrado dedicar el homenaje póstumo que hubiera supuesto la elección de Madrid como sede de la Ryder Cup de golf en 2018, que finalmente recayó en París.

En estos quince días la presidenta se ha dado auténticos "baños de multitudes"en la calle, donde los ciudadanos no han cesado de interesarse por su salud. Solo ha habido un ser vivo que le ha "restado"protagonismo: su perrita Pekas, un Jack Russell Terrier con la que se ha ido de mitin a Valdemoro y de paseo a Galapagar mientras la sujetaba con una patriótica correa roja y gualda.