Eurocopa

España

Atarse los machos por Julián García Candau

La Razón
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Habíamos previsto que España llegara a la final de la Eurocopa y podría ocurrir que la plaza fuera para Portugal. Estaba pronosticado que la Selección trataría de revalidar el título frente a Alemania y tal vez sea Italia la finalista. Puestos a elucubrar, la final imprevista sería Portugal-Italia. Sería imprevista, mas no descabellada. España parece favorita y, sin embargo, deberíamos atarnos los machos porque vencer a los portugueses va a ser muy complicado.

El peor adversario esta vez es Portugal. Desde los tiempos de Eusebio, Colunna, Simoes, Torres y compañía, la selección que maravilló en 1966, los portugueses no habían contado con un equipo similar. Hasta Eusebio, había vivido de los «Cinco Violines». España ganaba a los Correia, Ferreira, Peyroteo, Travasos y Albano sin sufrimientos y lo mismo sucedía con aquel equipo que parecía la avanzadilla del rosario en familia con Cuaresma, Cruz, Paciencia y Espíritu Santo. Ahora, seguimos por camino beatífico, pero Cristiano es un heterodoxo que nos puede traer la eliminación. Portugal no es de fiar.

Paulo Bento, seleccionador luso, no necesita los consejos de tantos técnicos como le proponen. Sabe lo que lleva entre manos. Del Bosque, seguramente, volverá a sus clásicos. Para vencer hay que desarrollar el mejor juego de lo visto hasta ahora. Derrotar a Portugal exige el ciento por ciento de inspiración. La victoria sólo llegará si se anula a Cristiano y los jugones españoles tienen su noche. Anular el contragolpe portugués exigirá plenitud en Xavi, Xabi, Iniesta y Silva.
Posdata. Portugal juega con ventaja. La que se le concede sin un marcador idóneo para Cristiano.