Lucha contra el desempleo

Un marco para la industria por Sergio ALONSO

La Razón
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Vaya por delante que siempre he contemplado la actuación de la industria farmacéutica desde una perspectiva crítica. En tiempos de bonanza, lamenté por ejemplo que la cifra de gasto desbordara el PIB nominal y creciera incluso por encima de los dos dígitos, y cuestioné asimismo el alto precio fijado para algunos medicamentos. También puse en solfa al Ministerio de Sanidad en algunas fases de su historia por la ineficacia de las medidas que ponía en marcha para contener la factura farmacéutica y la aparente permisividad mostrada ante el crecimiento de la misma. Recordado esto, conviene también situar las cosas en el contexto adecuado. Tan criticables eran algunas situaciones del pasado, como las de ahora, porque, desde luego, no es razonable que el gasto caiga a plomo un 20,08%, como sucedió en agosto, mientras la economía apenas decrece por debajo del 1%. El Estado tiene que ahorrar en fármacos, sí, pero compaginando su lucha por el uso eficiente de los recursos y la sostenibilidad sanitaria del país con la situación de una industria que genera empleo, crea riqueza y promueve el conocimiento. Las cifras aportadas esta semana por Farmaindustria son espeluznantes: por primera vez desde 2007, los laboratorios han invertido menos de 1.000 millones en investigación. En concreto, la cifra ascendió a 974 millones en 2011, un 5,3% menos que en 2010. A la vista de la gravísima situación económica que planea sobre España, no estaría mal que el Ministerio de Sanidad y la industria pactaran un escenario no exento de sacrificios, pero estable, para que las empresas sepan a qué atenerse y puedan planificar a largo plazo su actividad. Casi más grave que la caída de ventas o la pérdida de ingresos es la incertidumbre y el temor a ser objeto de nuevos recortes sorpresa.