Centros de Salud
Vea las espeluznantes imágenes de un calvario de diez operaciones
Nadie pudo imaginar que del corte con la espada que sufrió en la plaza de Utrera en el mes de septiembre, se derivaría una lesión tan brutal con diez intervenciones y seis meses para rehabilitarse.
Una baja que ha pasado desapercibida. Bajo el vendaje se esconde una cicatriz grande en la mano izquierda, varios injertos y una obra médica llevada a cabo por el doctor Villamor que le ha tenido al límite en varias ocasiones. «Después de alguna operación he tenido ganas de llorar al verme la herida». Todavía le supura algún punto. Ésa ha sido su cruz: no había manera de que la herida cicatrizara. Muy poco a poco ha ido recuperando la movilidad, pero todavía le falta. Rehabilitación diaria, baños de parafina, parches para la herida. Todo es poco para la puesta a punto del torero, que vuelve a los ruedos mañana. «Al menos ya puedo torear, para estar al cien por cien, todavía queda».
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