Los etarras del «Zipi» propiciaron el golpe a la cúpula política

MADRID- Juan Ignacio Otaño Labaca, de 51 años, alias «Ttintto» e Iñaki Iguerategi Lizarribar, de 42, que integraban el «comando Zipi», se entrevistaron por última vez con el jefe del «aparato político» de ETA, Francisco Javier López Peña, «Thierry», y su «lugarteniente», Ainhoa Ozaeta Mendicute, tres días antes de que estos individuos fueran detenidos en Burdeos, el 20 de mayo de 2008. Según han informado a LA RAZÓN fuentes antiterroristas, la reunión tuvo lugar en la localidad francesa de Arcachon, donde los jefes etarras solían entrevistarse con otros miembros de la banda, a los que obsequiaban con una comida a base de vino y ostras, tan famosas en ese lugar.

La reunión de Otaño e Iguerategui con los cabecillas del «aparato político» fue, según las citadas fuentes, una de las muchas pistas que manejó la Guardia Civil para, en colaboración con sus colegas franceses, lograr el desmantelamiento del «aparato político», con la captura de sus jefes y la incautación de abundante material operativo que, como quedó demostrado con los arrestos de ambos, todavía ofrece valiosas pistas para la detención de etarras.

Aunque los ordenadores fueron intervenidos en 2008, el acceso a la información contenida en los mismos se ha hecho de manera muy lenta, ya que los archivos estaban encriptados. Sin embargo, los expertos antiterroristas han logrado burlar esos sistemas de protección poco a poco.

Los últimos documentos enviados por la jueza francesa Laurence Le Vert a la Justicia española contenían nombres en clave de personas que habían mantenido contactos con los jefes de ETA en Francia. Las investigaciones de la Guardia Civil han asociado alguno de esos nombres con Otaño e Iguerategi, de los que ya se sospechaba que habían mantenido reuniones con los jefes de la banda en territorio galo.