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La decadencia de la tragedia

George Steiner explica el auge y ocaso del género en la cultura occidental«La muerte de la tragedia»George SteinerSIRUELA281 páginas. 23,95 euros.

«Madre Coraje» en un montaje de Gerardo Vera larazon

Nietzsche sostenía, en «El nacimiento de la tragedia» (1871), que este género clásico surgía del conflicto entre lo dionisíaco (el principio del placer) y lo apolíneo (la fuerza de la razón). Un destino que gravitaba sobre unos desesperados personajes, un cierto tono conspirativo y un previsible final desastroso, completaban el patetismo de los conmovedores dramas humanos que emocionaron a un entregado público teatral. Pero, a partir del siglo XVII, la tragedia como género experimenta una sostenida crisis, decayendo su arraigo social y su preponderancia cultural hasta nuestros días. «La muerte de la tragedia», de George Steiner (París, 1929), reconstruye la crónica de esta decadencia, ahondando en sus causas y consecuencias y ofreciendo un retrato intelectual de la tradición occidental.

En sus páginas se repasan los contenidos trágicos de la Antigüedad clásica, la tragicomedia medieval, la comediografía isabelina, los Siglos de Oro de la literatura española, el neoclasicismo francés, el drama romántico o el moderno teatro del absurdo, en una perspicaz panorámica erudita, no exenta de una amena sencillez. La conclusión: un auge burgués y comercial de la sociedad instala a ésta en una autocomplacencia vital que rechaza la escenificación del dolor y la catarsis del sufrimiento. Destacan, por su brillantez analítica, las referencias a Shakespeare o Pushkin; la relación entre Antígona y «la Madre Coraje» de Bertold Brecht; la aguda revisión del concepto del honor calderoniano; el realismo crítico de Racine, la glosa de las teorías de T.S. Eliot sobre la repercusión social del fenómeno trágico o la impresionante retórica del fracaso personal en Arthur Miller. Steiner resalta el sentido legendario, creativo y literario del género. «El material de la tragedia es el de la leyenda. Nos encontramos en un mundo de oráculos, vientos demoníacos y sacrificios humanos». Elementos culturalistas y antropológicos engarzan con una expresión estética en decadencia, aunque vigente en su poderosa tradición ética y simbólica. En el último capítulo repasa el elemento trágico en el siglo XX. El resultado es una lúcida mirada sobre el concepto del horror: la vida hecha tragedia.

Sobre el autor
Es un crítico literario que sabe aunar rigor analítico con la amenidad expositiva
Ideal para...
reflexionar sobre la deriva de un género literario en función de diversos factores socioculturales que han afectado en cada momento histórico
Un defecto
Una lectura amena, pero que requiere atención
Una virtud
La capacidad del autor para que el público se interese por la historia de la tragedia
Puntuación 10