Zapatero delega en Bruselas

Tan sólo unas horas después de haber llegado al Parque Nacional de Doñana, el presidente del Gobierno se vio obligado a interrumpir de nuevo sus vacaciones y volver a Madrid, donde por la tarde se reunió de urgencia con su equipo económico. A primera hora, la prima de riesgo sobre la deuda española marcó el segundo récord histórico en 48 horas, alcanzando los 407 puntos básicos, y la Bolsa registró un nuevo mínimo anual de cerca de 9.000 puntos.

A las diez y media de la mañana, ya desde su despacho en el Palacio de La Moncloa, Rodríguez Zapatero comenzó una ronda de llamadas para tratar de clarificar la situación e informar a los portavoces de los grupos parlamentarios. Zapatero se puso también en contacto, igual que el día anterior, con el candidato socialista, Alfre-do Pérez Rubalcaba, y con el líder de la oposición, Mariano Rajoy.

Sin embargo, la primera conversación y la más determinante dadas las circunstancias la mantuvo el jefe del Ejecutivo con el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy. Los dos líderes coincidieron en la urgencia de que los países que comparten el euro aprueben «cuanto antes» los acuerdos sobre el plan de ayuda a Grecia y la reforma del mecanismo europeo de apoyo a la «eurozona».

Zapatero también habló por teléfono con Gaspar Llamazares (IU), Francisco Jorquera (BNG), Ana Oramas (CC), Carlos Salvador (UPN), Joan Ridao (ERC), Rosa Díez (UPyD) y Uxue Barcos (NB). A todos ellos, según informó La Moncloa a través de un comunicado, les trasladó «la opinión unánime de expertos y analistas» de que la crisis financiera que azota a la zona euro, agravada con la incertidumbre sobre la situación económica de Estados Unidos, requiere una respuesta unitaria de los países afectados.

Asimismo, Zapatero informó a los portavoces sobre la conversación que mantuvo el martes con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, a quien solicitó que se agilizara «al máximo» el cumplimiento del plan de rescate a Grecia acordado en la última reunión del Eurogrupo, celebrada en Bruselas el pasado 21 de julio. El presidente del Gobierno –según el comunicado– agradeció a los portavoces parlamentarios y candidatos su «disposición al diálogo», al mismo tiempo que manifestó su voluntad de mantener informados a los distintos grupos parlamentarios de las gestiones que realice el Gobierno.

Al filo de las nueve de la noche, la ministra de Economía, Elena Salgado, compareció ante la Prensa para refrendar la argumentación que, desde hace 48 horas, repite La Moncloa como un mantra. Esto es, que el ataque de los mercados a la deuda española se explica por factores externos, entre ellos la inestabilidad de la economía estadounidense, y que la solución pasa por que los países de la zona euro apliquen cuanto antes las medidas adoptadas en el Consejo Europeo del 21 de julio en el que se aprobó el rescate a Grecia. Salgado insistió en que el Gobierno no aprobará nuevos recortes en el próximo Consejo de Ministros del 19 de agosto, sino que se limitará a seguir el guión previsto para reducir el déficit.

El Gobierno asume que durante los próximos días continuarán las «tensiones» que está sufriendo la deuda española y expresó su «preocupación» por ello, aunque España aborda la crisis desde una «posición de tranquilidad».

Según la vicepresidenta económica, estas tensiones se deben a los problemas que ha tenido Estados Unidos para elevar el techo de su endeudamiento y al escaso volumen de negociación que se da en los mercados en agosto.

«La situación es de tensión, pero España aborda esta situación en una posición de relativa tranquilidad. La deuda terminará el año en el entorno del 68% del PIB, muy lejos de países como Alemania o Bélgica que superan el 100%, y las emisiones de deuda ya han cubierto más de dos tercios de las necesidades de todo el año», dijo. «Debe ser un acicate para que Europa lleve a cabo todos los procedimientos en el plazo más breve», añadió Salgado.