Sagunto

Ya son cerca de 40000 hectáreas

La ciudad de Valencia y gran parte de la provincia amanecieron ayer cubiertas de una densa neblina de humo y olor a quemado proviniente de los dos incendios

Ya son cerca de 40000 hectáreas
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Valencia- La catástrofe medioambiental, cuyas llamas arrasan desde el miércoles miles de hectáreas –se habla ya de 50.000-, lejos de amainar, perturbó ayer el despertar de los valencianos capitalinos, que comprobaron como el cielo de la ciudad aparecía cubierto de humo y olor a quemado componiendo un escenario de tristeza y temor a que el fuego pudiera llegar hasta las puertas de Valencia. Lo mismo sucedía en una gran parte de la provincia de Valencia, entre, aproximadamente, la comarca de La Ribera, al sur de Valencia, y la zona de Sagunto, al norte de la ciudad.

El panorama era desolador, las zonas cercanas a los incendios presentaban en pleno día un escenario nocturno, como si el día no fuera a llegar jamás.

La causa, los incendios originados desde la noche del miércoles en la zona de Cortes de Payá, al que se añadió otro en la comarca de Andilla. Ninguno de los dos pudo controlarse a pesar del extraordinario servicio de extinción puesto en marcha por el Gobierno valenciano, que recibió la asistencia de otras cinco Comunidades autónomas.

Un total de 1.100 efectivos terrestres trabajaban durante la jornada de ayer en la zona de Cortes de Payá, cuyas llamas afectaban a doce términos municipales, mientras que en el territorio de Andilla laboraban unos 800.

La esperanza surgió ayer por el anuncio de lluvia, que cayó en la zona de Andilla pero de forma débil, así como la posibilidad de que el viento de poniente rolara a al de levante.
En el marco de optimismo, vecinos de Turís pudieron regresar a sus casas después de dos días de haber sido desalojados de forma preventiva.

Desde el inicio del fuego, las condiciones meteorológicas perjudicaron gravemente las tareas de extinción. El viento de poniente con rachas de hasta 60 kilómetros por hora, el bajo índice de humedad y el calor reinante favorecieron a la propagación ante la desesperación de los responsables de controlarlo y del Gobierno, cuyo presidente, Alberto Fabra, el conseller de Gobernación, Serafín Castellano, la delegada del Gobierno, Paula Sánchez de León, y el titular de la Diputación, Alfonso Rus, permanecen en la zona de la tragedia ecológica.

El conseller de Gobernación informó que, además, en algunas zonas del incendio los vientos cambiaban siempre en la dirección que más podía favorecer la extensión de las llamas. Asimismo, señaló que el de Andilla, que ya había penetrado en la provincia de Castellón, hacía peligrar en el entorno natural de la sierra Calderona. De ahí que los trabajos estuvieran especialmente centrados en evitarlo.

Ante esta situación, se optó por la prevención en cuanto a la población, por lo que fueron desalojados los habitantes de Teresa, Sacayent, Canales, Gátova, Marines Viejo, así como Andilla y sus aldeas de Pardanchinos, Oset y Artaj.

Respecto al de Cortes de Payá, además de a esta localidad, afectaba a Macastre, Real de Montroi, Dos Aguas, Turís, Tous, Carlet, Catadau, Montroi, Llombai, Alborache y Yátova.
El efecto de estos incendios también se notó en el tráfico por carretera, por lo que fueron cortadas 14 vías de la red secundaria.

El más devastador
Desde el mismo viernes, se temía lo peor en cuanto a los efectos que pudieran tener ambos incendios. Ya antes de declararse el de Andilla, el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, afirmó que se trataba del «peor y más devastador fuego de la década en la Comunitat». Ahora, quizás la afirmación corresponda a una mayor periodo que el de diez años.

En cuanto al origen de los incendios, cabe destacar que los dos fueron provocados de forma involuntaria pero posiblemente por imprudencia humana. El de Cortes de Payá fue por la chispa provocada por los trabajos de dos empleados en unas placas solares. Las dos fueron puestas a disposición judicial y fueron puestas en libertad provisional el sábado.

Respecto al de Andilla, las sospechas se centran en que pudo ser originado por una quema agrícola o por un fuego en una caseta.

Durante la jornada las noticias respecto al control del fuego no podían ser menos halagüeñas, ya que la Unidad Militar de Emergencias (UME) consideraba difícil controlar los incendios de Cortes de Pallás y de Andilla en la Comunitat Valenciana, y aseguraban que este es el mayor fuego que se ha registrado en la zona en los últimos veinte años.

Aunque los 900 militares enviados a la zona trabajaban sin descanso, las circunstancias no ayudaban porque «el viento cambia constantemente de dirección y la temperatura es alta» según fuentes de este organismo. «Es bastante difícil arreglar la situación».

La UME se encuentra desplazada en la zona desde el pasado jueves, y están analizando "defensa de puntos sensibles, como zonas donde puede haber población y viviendas".
Además, la Unidad Militar ha precisado que se les ha asignado una serie de zonas para atacar directamente al fuego con las autobombas.

Por el momento la UME no tiene previsto mandar más efectivos a la Comunidad Valenciana porque creen que ahora mismo con los que se encuentran en la zona suficiente.

El Rey y Rajoy telefonean a Fabra
Su Majestad el Rey Don Juan Carlos telefoneó ayer al president de la Generalitat Valenciana, Alberto Fabra, para interesarse por la evolución de los incendios forestales.
Lo mismo hizo el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quien le transmitió todo el apoyo del Ejecutivo y le expresó su solidaridad con todas las personas afectadas, especialmente a las que tuvieron que ser desalojadas de sus viviendas.