Navarra

ETA no hablará de la entrega de las armas hasta 2013

Los abertzales descubren la corbata
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Madrid- ETA acomodará el posible cese definitivo de sus actividades criminales y la entrega de las armas, si es que algún día toma esta decisión, al calendario que más le convenga. En cualquier caso, nunca antes de la celebración de las Elecciones Autonómicas vascas, previstas para 2013, ya que le interesa mantener su presencia siempre amenazadora.

En el manifiesto leído ayer por Bertie Ahern, no se le pide a la banda que el cese definitivo de sus actividades sea unilateral e incondicional. Por el contrario, se recomienda que se abra una negociación entre los pistoleros y los gobierno de España y Francia sobre las «consecuencias del conflicto», lo que permite a ETA jugar con los tiempos, según su conveniencia.

Tregua condicionada
Expertos antiterroristas, consultados por LA RAZÓN, subrayan que la banda logró la legalización de Bildu, con lo que supone de recuperación de su «Frente Institucional», a cambio de prácticamente nada: el anuncio del alto el fuego. Aunque ahora declarara que la tregua «definitiva», como le pide la Conferencia Internacional, podría ser rota si las negociaciones con España y Francia no marchan según las previsiones de los pistoleros. Todo esto ha sentado un peligroso precedente y da a ETA la batuta de un «proceso» que puede manejar a su antojo, al menos hasta 2013.

A este respecto, las citadas fuentes recuerdan el contenido del documento etarra, que sirve de guión para el nuevo «proceso», en el que se establecían las fases de las negociaciones, a dos bandas (como remendó ayer la Conferencia Internacional) hasta llegan a la independencia del País Vasco con la anexión de Navarra.

En la primera fase, que se supone que es la que plantearía ETA a España y Francia en unas hipotéticas conversaciones, se debía producir un «alto el fuego bilateral» y deberían ser fijadas las «condiciones y garantías del proceso», los «mínimos democráticos», con la legalización de Bildu y Sortu; supresión de la actividad policial y la «persecución política»; y la «excarcelación de los miembros de la estructura de la Izquierda Abertzale», como Arnaldo Otegi y Rafael Díez Usabiaga. A continuación, también deberían obtener la libertad los reclusos enfermos, los que hayan cumplido las tres cuartas partes de la condena y a los que se les ha aplicado la llamada «Doctrina Parot». ETA, Francia y España firmarían un «acuerdo bilateral de no ataque» y admitirían oficialmente las negociaciones.

En la segunda fase, se debería producir la «estabilización y desarrollo en el proceso político». Los presos que tuvieran 20 años cumplidos, serían excarcelados y se permitiría de los que están huidos de la Justicia, que ETA llama «refugiados», iniciaran los trámites para volver al País Vasco y Navarra.

En la fase tercera, se llegaría a lo que se denomina «Acuerdo Político Amplio», momento en el que todos los reclusos, los que quedaran, obtendrían la libertad; los «refugiados» volverían a sus casas; y la Policía y la Guardia Civil permanecerían encerradas en sus comisarías y cuarteles, con todo tipo de restricciones para poder trabajar. ETA y los gobiernos español, y francés publicarían nuevos comunicados sobre las víctimas.

Las fases cuarta y quinta hablan de un «escenario democrático y marco transitorio», en el que el Ejército y las Fuerzas de Seguridad abandonarían el País Vasco y Navarra, mientras que ETA procedería a su «desactivación armada». Se llegaría así al «armisticio», con una declaración de la banda en la que anunciaría: «Hemos ganado porque teníamos que ganar».

Con respecto a la «mesa política», la de Batasuna con los partidos políticos, en el documento se asegura que ETA «aceptará lo que la Izquierda Abertzale acuerde ante el enemigo, y participará en las relaciones políticas de cara al interior. La dificultad consiste en equilibrar el liderazgo de ETA y el no protagonismo de su mesa». La banda ya advertía de la necesidad de buscar apoyos internacionales, como ha ocurrido ahora con la Conferencia.

Los expertos consultados llaman la atención sobre el contenido de este documento, que permite a la banda, caso de que España y Francia aceptaran establecer negociaciones, alargar el «proceso», no sólo a 2013 sino hasta más adelante, en caso de que le convenga.


Los abertzales descubren la corbata
Todos los miembros de la izquierda abertzale, sin excepción, acudieron ayer puntuales a su cita en el Palacio de Aiete de San Sebastián, escenario elegido para la «conferencia de paz». Todos, sin excepción, optaron por «el cambio» y dejaron a un lado su tradicional estética batasunera. Por un día, y sin que sirva de precedentes, aparcaron los vaqueros y las camisetas ajustadas por las chaquetas y las corbatas. La ocasión lo requería. Había que dar buena imagen a los seis expertos, liderados por Annan. Eso sí, todos, sin excepción, optaron por colores oscuros, por si acaso, para su indumentaria.


El Gobierno, la decepción y la espera
El Gobierno se debatió ayer entre la decepción y la esperanza después de conocer las conclusiones de la conferencia. Fuentes del Ejecutivo consideraron «inasumibles» algunas de las propuestas de los expertos internacionales. El Gabinete de Zapatero cerró la puerta, como ya hiciera en 2006 durante el frustrado «proceso de paz», a la constitución de una mesa de partidos políticos que decida la separación del País Vasco del resto del territorio nacional, tal y como aconseja la delegación internacional. Pese a ello, el Gobierno no pierde la confianza y sigue esperando un comunicado de fin de la violencia.
I. G. de Molina