Bruselas
CDC llama a desobedecer al Gobierno
Convergència aboga por no aplicar los recortes que el Ejecutivo exige para cumplir con el déficit del 0,7% en 2013. Sánchez-Camacho pide «sentido de España» a Mas
BARCELONA- Convergència Democràtica parece haber escogido la manera de afrontar a partir de ahora su relación con el Gobierno y es mediante la confrontación. Menos colaboración y más rebeldía. Ésta es la nueva consigna de CDC, que se ha desencadenado tras la reciente decisión del Ejecutivo de fijar el objetivo de déficit de las comunidades autónomas el año que viene en el 0,7 por ciento en vez de en el 1,1 por ciento. «Desde Convergència pediremos a la Generalitat que no aplique los recortes que nos impone el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, para 2013», anunció ayer el secretario de Organización de CDC, Josep Rull.
El Govern ya expresó su indignación por la decisión del Gobierno de imponer más estrecheces a las autonomías, pero hasta ahora no se ha pronunciado a favor de la desobediencia, sino que se había limitado a verbalizar su malestar. Convergència cree que no basta con este gesto, sino que hay que pasar a la acción asumiendo incluso las ideas de los partidos independentistas minoritarios, muy propensos siempre a romper la baraja. «Tenemos que decir basta y cada vez tenemos más claro que debemos hacer este camino nosotros solos por una cuestión de supervivencia», afirmó Rull.
Este planteamiento unilateral de desafiar los ajustes presupuestarios del Gobierno puede ser el presagio de la estrategia negociadora que Artur Mas puede seguir con el pacto fiscal. Aparentemente, el presidente de la Generalitat no va a titubear en la reivindicación de una Hacienda propia para Cataluña y de un sistema de financiación similar al concierto vasco. Asegura incluso que si no recibe el aval del Gobierno, impulsará por su cuenta y riesgo la soberanía fiscal con el argumento (demoscópico) de que la mayoría de catalanes la desea.
Así las cosas, Convergència no hace más que acentuar su camino hacia el independentismo. Lo hace apelando al derecho a decidir de los catalanes y denunciando, a la vez, la «deslealtad» del Gobierno con la Generalitat en múltiples asuntos.
A la vista de que los nacionalistas tratan de abrir paso a la vía soberanista y multiplican los llamamientos para que la Generalitat se entienda directamente con Bruselas, la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, invocó «el sentido común». «Es el momento de la responsabilidad y de abandonar la queja permanente de la que los catalanes estamos agotados», subrayó.
La dirigente popular expresó su contrariedad porque la Generalitat pretende aislar sus dificultades y reclamó un cambio de actitud. «La deuda es de todos y debemos tener sentido de España», aconsejó en la clausura de una reunión intermunicipal de los populares catalanes.
Sánchez-Camacho deploró que el Govern esté meditando la idea de buscar una interlocución con Bruselas que la propia Unión Europea no reconoce. «No es el momento de entrar en caminos desconocidos», sentenció.
Menos subvenciones
En todo caso, Sánchez-Camacho se mostró convencida de que la Generalitat no tendrá más remedio que acometer una cuarta tanda de recortes (probablemente, por valor de 800 millones de euros) y pidió éstos no obliguen a «pagar más los catalanes», sino que se hagan a partir del recorte de subvenciones, de gastos innecesarios y de la reducción de empresas públicas deficitarias».
La presidenta del PP catalán también se refirió al boicot que el viernes se produjo ante la sede de su partido, hecho que «condenó». Sánchez-Camacho lamentó que otras formaciones no se solidaricen con su partido.
✕
Accede a tu cuenta para comentar