Tokio
Japón interviene su moneda con el apoyo del G-7
El Banco de Japón decidió ayer inyectar 3 billones de yenes (27.085 millones de euros), a corto plazo, después de acordar con los ministros de Finanzas del G-7 una intervención coordinada en los mercados de divisas para debilitar el yen.
Por primera vez en diez años, Japón pactó una intervención monetaria para atajar los movimientos especuladores que se habían producido ante las expectativas de que Japón requiera un gran volumen de fondos para financiar la reconstrucción tras el tsunami, advirtió el ministro de Finanzas, Yoshihiko Noda. Para evitar además que el terremoto del 11 de marzo provoque una grave crisis económica, Japón logró el apoyo de los emisores de EE U, Reino Unido, Canadá y de los miembros europeos del G-7 (Alemania, Francia e Italia) agrupados en el Banco Central Europeo, para vender de manera conjunta yenes y frenar su escalada, que además pone en riesgo la reactivación económica mundial. Se acordó así una operación en el mercado de divisas que hizo que el dólar se apreciara al inicio de las cotizaciones en Tokio hasta la banda baja de los 81 yenes, desde los 79 yenes. El Banco Central Europeo confirmó el inicio de la venta de yenes, mientras fuentes del sector financiero nipón creen que el Banco de Japón arrancó ayer la implementación de esta medida con la venta de 500.000 millones de yenes (4.348 millones de euros). Por su parte, el gobernador del Banco de Japón, Masaaki Shirakawa, aseguró que el banco central seguirá proveyendo liquidez en el sistema bancario para estabilizar los mercados, en medio de las preocupaciones de Tokio por el impacto negativo en la economía japonesa del gran terremoto y la crisis nuclear. Advirtió así de que «el Banco de Japón espera que la acción concertada de Japón con los miembros del G-7 en el mercado de divisas contribuya a una estable formación de los tipos de cambio». En un comunicado, señaló que «el Banco de Japón perseguirá una fuerte flexibilización monetaria para asegurar la estabilidad en los mercados», afirmó Shirakawa. Esta nueva inyección de 3 billones de yenes intenta así calmar los mercados, y es que el alza del valor del yen llegó a escalar hasta su nivel más alto desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
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