Bruselas

Alemania Francia y Polonia se comprometen a trabajar «rápidamente» para crear supervisor bancario único

Alemania, Francia y Polonia se han comprometido este lunes a trabajar "rápidamente"para convertir al Banco Central Europeo (BCE) en el supervisor único de la banca de la eurozona, respetando el calendario marcado en la cumbre de junio.

La creación del supervisor único es la condición previa impuesta por la UE para la recapitalización directa de la banca española. Sin embargo, en los últimos días Alemania ha dicho que habrá retrasos en el calendario (el acuerdo de junio es que se apruebe antes de finales de este año) y ha avisado de que España seguirá de garante de las ayudas europeas que se inyecten antes de que empiece a funcionar el nuevo sistema.

"A corto plazo, la cuestión de la supervisión bancaria es un proyecto muy importante para mejorar la seguridad financiera de la UE", aseguran los ministros de Asuntos Europeos de Alemania, Michael Link; Francia, Bernard Cazeneuve; y Polonia, Piotr Serafin, en una declaración conjunta suscrita tras reunirse en Varsovia.

"Por ello, Polonia, Francia y Alemania están determinados a trabajar rápidamente para establecer un mecanismo de supervisión único eficaz que implique al BCE, en el marco acordado en junio", aseguran los responsables de Asuntos Europeos.

No obstante, los tres países matizan que "la propuesta debe examinarse cuidadosamente en lo que se refiere al equilibrio de derechos y obligaciones para todos los Estados miembros dispuestos a participar". Berlín quiere que el BCE controle únicamente a los bancos más grandes, mientras que Bruselas pide que cubra a todas las entidades de la eurozona.

Alemania, Francia y Polonia piden que en la cumbre de octubre prosigan las discusiones sobre las mejoras necesarias para corregir los defectos institucionales de la unión monetaria y sobre la aplicación del plan para el crecimiento y el empleo pactado en junio. En diciembre debería llegarse a un acuerdo sobre el calendario para aplicar estas medidas, que no deben excluir "reformas institucionales".

Berlín, París y Varsovia aseguran estar "determinados a lograr un acuerdo en el Consejo Extraordinario de noviembre"sobre el presupuesto de la UE para el periodo 2014-2020. "Consideramos urgente que el futuro marco financiero se concentre todavía más en políticas que contribuyan al crecimiento, el empleo y la competitividad", aseguran.

Pero también en esta materia hay un desacuerdo claro entre Alemania y Francia, contribuyentes netos que quieren recortar las ayudas europeas para el próximo periodo, y Polonia, principal beneficiaria de los fondos comunitarios y que rechaza estos ajustes.