Los mayores de 65 años son el 40% de los muertos en incendios domésticos

De este modo, la mayoría de los incendios o explosiones que se producen en viviendas ocurren durante los meses de noviembre a febrero y generalmente como consecuencia de descuidos con el tabaco o en el uso de radiadores, chimeneas y braseros, así como por el mal estado de las instalaciones eléctricas o un mal uso de ellas.

Las comunidades autónomas en que, proporcionalmente, mueren más personas en incendios de viviendas son Cantabria (6,7 víctimas mortales por millón de habitantes), Castilla y León (6,6) y La Rioja mientras que en el extremo opuesto se encuentran Madrid (1,2), País Vasco (1,4) y Valencia (2,5). Asímismo, en las poblaciones con menos de 1.000 habitantes hay "hasta cinco veces más probabilidades de morir"que en las grandes ciudades, de más de medio millón, según el estudio.

El estudio señala que, durante 2011, se produjeron un total de 135.000 intervenciones de los Bomberos por incendios en los que murieron 173 personas (un diez por ciento menos que en 2010) y 2.337 sufrieron lesiones. De éstos, el colectivo más grande fueron los varones mayores de 65 años y la causa de muerte fue, en un 56 por ciento de los casos, por quemaduras y, en un 44 por ciento, por inhalación de gases tóxicos. La mayoría de los incendios se produjeron durante la noche.

El director general del Instituto de Prevención, Salud y Medio Ambiente de la Fundación Mapfre, Antonio Guzmán, ha destacado la importancia "trascendental"de la sensibilización y concienciación de la población para impedir los incendios o disminuir sus consecuencias.

En este sentido, la entidad ha aprovechado los actos de inauguración de la 'VII Semana de la Prevención de Incendios', que se celebra desde este lunes hasta el viernes en Alcorcón, Fuenlabrada y Móstoles, para difundir medidas de prevención tales como no fumar en la vivienda, apagar la llave del gas si no se esta usando, evitar que las personas mayores tengan braseros , velas o fogones de gas, no sobrecargar los enchufes, desconectar los aparatos eléctricos tras su uso, tener un detector de incendios en casa y dispositivos de extinción, no situar fuentes de calor cerca de muebles o cortinas y no dejar cerillas o mecheros al alcance de los niños, entre otras medidas.