Asia

Seúl

Asia ha sido un hueso duro de roer para Estados Unidos

Las invasiones militares de Estados Unidos a lo largo de su historia han dejado un sabor agridulce a los gobiernos que en su momento han decidido actuar contra un determinado país para garantizar la seguridad interna o la «estabilidad» mundial.

La Razón
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En todo caso los triunfos o las derrotas han marcado el rumbo tanto de republicanos como de democrátas y amplios debates en la sociedad estadounidense sobre la conveniencia o no de las guerras. Asia ha sido la piedra en el zapato en los conflictos internacionales para Estados Unidos. En este continente es donde tiene dos de sus más grandes fracasos militares: Corea y Vietnam, que aún son recordadas en el colectivo como una «mancha» que no han podido quitarse. En plena Guerra Fría, Estados Unidos y la Unión Soviética se repartieron la península coreana, no sin antes originarse una cruenta guerra en la que intervinieron por el lado soviético las fuerzas de Josef Stalin con el apoyo de la China comunista y los norteamericanos con la venia expresa de las Naciones Unidas.

Creación de las dos Coreas
Tres años de batalla (1950-53) en los que hubo numerosas bajas y los dos bloques en pugna, ganaban o perdían posiciones entre Seúl y Pyongyang, la amenaza de una nueva guerra nuclear, la destitución del general Douglas McArthur al frente de las fuerzas estadounidenses al proponer esto y la muerte de Stalin dejaron a los dos bandos exhaustos y la creación definitiva de las dos Coreas. Sin embargo, fue en Vietnam con un formato parecido entre los bandos del Norte y los del Sur, los que entre 1964 y 1975 generaron el mayor rechazo hacia Estados Unidos por el número de víctimas que se calcularon en este conflicto (entre 3,8 y 5 millones de personas fallecieron), una denominada guerra de guerrillas, la opinión pública mundial en contra y un Ejército que no supo ganar en el terreno, lo que dejó a los estadounidenses perdidos. Por cierto, que en este momento, Washington mantiene desplegados a unos 28.500 soldados en Corea del Sur como fuerza disuasoria contra Corea del Norte. Ahora en el conflicto armado en Libia, la Administración Obama está en una encrucijada similar, en la que podría volver a tener una estrepitosa derrota, sobre todo porque mantener un formato de bombardeos y no actuar en el terreno, tres meses después aún no rinde ningún fruto para la coalición.