Bruselas
La región podría perder más de 1200 millones en ayudas de la PAC
El campo andaluz mira a Europa con preocupación. La comunidad autónoma podría perder más de 1.200 millones de euros en ayudas procedentes de la Política Agraria Común (PAC) tras la reforma que ya se debate en el seno de la Unión Europea
Así lo denuncia Antonio Caro, técnico de la organización agraria Asaja, quien critica que, si finalmente salen adelante los planes de la UE, éstos podrían suponer la «sentencia de muerte» para numerosas producciones.
El comisario europeo de Agricultura y Desarrollo Rural, Dacian Ciolos, propone una «tasa plana» para todos los países miembros, fijándose una ayuda de 100 euros por hectárea sin tener en cuenta las especificidades de las explotaciones. Según los ejercicios de simulación realizados por el Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino, Andalucía podría recibir 450 millones de euros de la PAC. Una cifra que contrasta con los más de 1.700 millones que recibía hasta el momento. Según Caro, «una comunidad como Andalucía no puede recibir lo mismo que Extremadura u otra región más pequeña, puesto que la agricultura andaluza tiene unos costes muy superiores y la extensión también es mayor».
Si, por ejemplo, un agricultor quiere hacer frente a los costes de modernización de su regadío –que ascienden a 450 euros por hectárea–, la ayuda procedente de la PAC «nos deja en el más absoluto desamparo», subraya Caro. No obstante, matiza que la ratio que baraja la UE sería buena en zonas de bajo rendimiento y «altamente perjudicial» en cultivos como el olivar o el algodón, dada su especialización.
Otra de las propuestas que ha despertado la desconfianza de Asaja es la cofinanciación y, en este caso, «España debería servir de cortafuegos a esta iniciativa para que no fructifique». La UE sugiere que algunas ayudas corran a cargo de los organismos comunitarios y de los estados miembros. «Muchos países no tienen una situación financiera saneada a causa de la crisis económica, por lo que se podrían perder muchas ayudas si se dejan en manos de los gobiernos», sostiene Caro, quien vaticina que «algunos estados podrán hacer una política agraria solvente y otros no». En definitiva, se trata de «renacionalizar» las subvenciones en un escenario financiero especialmente complicado.
Desde Asaja se trabaja para conseguir una PAC «fuerte» con el objetivo de garantizar la cantidad y la calidad de las producciones agrícolas. «Desafortunadamente, el mercado agrario es muy volátil y no remunera los gastos que generan las explotaciones», sostiene Caro. Las ayudas europeas, por tanto, vendrían a paliar el déficit que deja el mercado. El programa se lleva el 33 por ciento del presupuesto total de la UE, aunque las cantidades globales que manejan los organismos comunitarios son «raquíticas», a juicio de Caro. «La PAC es prácticamente la única política comunitaria que existe, por lo que tenemos que luchar para que nos reconozcan los que nos corresponde», mantiene.
Las organizaciones agrarias y la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía elaboran una propuesta común para que se considere la «heterogeneidad» del campo andaluz y que se establezcan «criterios de diferenciación» para cada cultivo.
Aguilar, un apoyo «clave» para los intereses de Andalucía
«Me llevo a Andalucía conmigo porque soy plenamente consciente de que voy a un Ministerio que tiene que ver mucho con nuestra comunidad». Con esta frase se despidió la ministra de Medio Ambiente, Rural y Marino, Rosa Aguilar, de sus responsabilidades de gobierno en el Ejecutivo de José Antonio Griñán. El técnico de Asaja Antonio Caro valora «muy positivamente» estas declaraciones, más que su compromiso de «pintar de verde» el departamento que ocupa desde hace varias semanas. Asaja ya ha mantenido un primer contacto con Aguilar. «Hablamos de mantener el mismo volumen económico relativo a las ayudas de la PAC», asegura. Próximamente se creará un grupo de trabajo –integrado por las organizaciones agrarias, comunidades autónomas y miembros del Ministerio– para trazar la estrategia común que defenderá España cuando comiencen las negociaciones en Bruselas. «A Andalucía le hace falta un apoyo clave», asegura Caro en referencia a Aguilar, puesto que la comunidad autónoma «es la región de Europa más perjudicada por la reforma».
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