Badalona

La Phelps española

Mireia Belmonte afrontará seis pruebas en busca de su primera medalla olímpica. Puede nadar 14 veces

La Phelps española
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Londres- Mireia Belmonte. Mireia. Mireia. Mireia. Mireia Siempre ella. Así, desde pequeña, toda esa presión se ve obligada a soportar la nadadora de Badalona, y, a veces, ésa ha sido su perdición. Es el precio a pagar por un talento natural que la llevó a nadar prácticamente desde el primer día que la tiraron a una piscina cuando a los cuatro años le diagnosticaron una escoliosis. Su cabeza le ha jugado malas pasadas por todas esas expectativas, pero ahora está en equilibrio. Brazos, piernas y cabezas dispuestas a afrontar un reto mayúsculo: disputar hasta seis pruebas en los Juegos Olímpicos de Londres, a lo Phelps, a lo bestia, que pueden hacerla saltar a la piscina hasta catorce veces en los próximos siete días si accediera a todos las finales.
Tampoco es ése su objetivo en Londres: si consigue una medalla será un éxito. Sería el primer metal olímpico que logra y la explosión definitiva de Mireia, que ya ha brillado en Mundiales en piscina corta y en Europeos en piscina corta y piscina de 50 metros. El reto es complicado porque España sólo ha sumado cuatro «chapas» en toda la historia de los Juegos Olímpicos.

El gran cambio
La primera oportunidad llega hoy, el primer día: los 400 estilos. Después vendrán los 200 estilos, los 400 y 800 libres (pruebas en las que tiene depositadas más esperanzas), los 200 mariposa y el relevo 4x200, aunque los planes podrían cambiar según sus resultados.

Será su segunda experiencia olímpica, pero esta vez hay algo diferente. Desde hace dos años su entrenador es Fred Vergnoux, aclamado técnico francés (fue nombrado dos veces mejor entrenador de Gran Bretaña) y también duro. «Es duro, pero así tiene que ser», reconoce Mireia. «Yo lo que hago bien es sacar lo mejor de cada persona, pero es una decisión personal. Hay que pensar que empecé con 29 nadadores y ahora sólo tengo 11. No funciona para todo el mundo, sobre todo si la gente no quiere. Pero con Mireia funcionó bien», reconoció el entrenador hace apenas un mes en una entrevista a Efe.

Vergnoux piensa que el trabajo está por encima del talento y confía mucho en Mireia para que ella también confíe en sí misma. «Su estado de forma es excelente», afirmó ayer.

La naturalidad que tiene la catalana para nadar cualquier estilo es inusual. No entrena una prueba concreta, entrena para ser una nadadora global, y a partir de ahí selecciona en función de los criterios de su entrenador y de las sensaciones. De ahí su exigente calendario. Incluso tuvo que renunciar a disputar los 200 estilos, para los que también había logrado la clasificación. La labor principal de Vergnoux es preparar la mente de su pupila, porque de lo demás anda sobrada. No admite un no cuando sabe que es posible. Y cree que Mireia está llamada a hacer grandes hazañas. La catalaba puede demostrarle desde hoy que no se equivoca.