Vaya cuadro

Se convirtió en uno de los cuadros más emblemáticos de la historia de la pintura y el más importante de su tiempo pintado por el hombre del turbante rojo, Jan Van Eyck (¿o fue un encargo realizado a su hermano y concluido por el afamado pintor?), y convertido en símbolo del poder e icono. Noah Charney, fundador de la Association for Research into Crimes Against Art y conocido por sus trabajos en el campo de los delitos relacionados con el arte, disecciona el políptico de Gante (ahora conservado en la catedral de San Bavón), «El cordero místico», sus 26 escenas representadas en 12 paneles de roble, y sigue el hilo de su peregrinar.

Tales han sido las vicisitudes de la obra que el autor asegura que «Los ladrones del cordero místico» puede leerse como «una novela de suspense», aunque lo que se cuenta es rigurosamente cierto. La obra de Jan Van Eyck ha sido sustraída hasta en 13 ocasiones, sufrido quemaduras y visto desmembrarse sus paneles (que han experimentado robos por separado). Falsificada y codiciada sin ningún tipo de escrúpulos por el poder, estuvo en el punto de mira de Hitler, quien, además de pretender hacerse con las obras más importantes para construir un supermuseo en Linz, tenía la idea de que «El retablo de Gante» podría albergar el mapa en clave de tesoro. Lo que se relata en este ensayo reportajeado no es ficción, aunque lo parezca.

«Los ladrones del cordero místico»
Noah Charney
Ariel
366 páginas. 21,90 euros.