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OPINIÓN: Fallos técnicos por Lucas Haurie

La Razón
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No era una paranoia de Javier Arenas, ni una estrategia desestabilizadora, ni siquiera la adhesión de un partido a la impresión unánime de todos los ciudadanos bien informados. Es una realidad, ratificada por la Junta Electoral Central, que los servicios informativos de Canal Sur no se conducen con la neutralidad a la que los obliga su condición de medio público. Es decir, que los ciudadanos (también los votantes del PP) contribuyen con sus impuestos a sufragar una radiotelevisión deficitaria, soez, eso ya lo sabíamos, y que además actúa en periodo electoral como ariete del socialismo gobernante.
Con esta osamenta pretendían organizar un debate que generaciones futuras de periodistas estudiasen como ejemplo de imparcialidad, por lo visto, pero la malvada derecha lo impidió con su boicot. No está confirmado que, tras insertar sobre imágenes de Sanz un rótulo relativo a los truhanes de los ERE, pensaban sobreimprimir a modo de presentación del candidato popular en su primer turno de palabra: «Toro que mató a Manolete». La justificada ausencia de Arenas los dejó compuestos y sin posibilidad de cometer otro (oportuno) error técnico.
La muy probable mayoría absoluta que el Partido Popular conseguirá mañana no es ningún regalo porque, entre otros lastres de considerable peso, los nuevos gobernantes heredarán una RTVA monstruosa, en bancarrota, con un hiperbólico exceso de personal que la hace inviable, un sindicalismo interno ferozmente sectario y una cúpula redaccional sectariamente feroz. Pensar en el saneamiento, económico y moral, de la empresa mueve a evocar la escena en la que Rambo entra en el campamento del viet-cong armado con un lanzallamas. La otra opción, que es más bien mefistofélica tentación, será forzar los (pocos) cambios necesarios para que esa formidable maquinaria propagandística acuda solícita en auxilio del vencedor. Doble contra sencillo a que optarán por ello, con alguna medida de ahorro cosmética por aquello de la austeridad, para que dentro de cuatro años sea el candidato socialista quien deba declinar la invitación para el debate preelectoral. A ver si rompen en liberales y nos dejan por mentirosos. Posdata: ¿Alguien se ha enterado de para qué cojones sirve la Junta Electoral Central?