Bruselas

De PSOE a PASOK por J A Gundín

La Razón
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Una lectura doméstica de las elecciones en Grecia lleva a la conclusión de que a los griegos en realidad les gustaría pasar por españoles, tener una selección como La Roja y recibir el mismo trato que Rajoy en Bruselas. Sí, parece una aspiración trágica, pero lo que le sobra a Grecia son psicodramas, que lleva 2.500 años exportándolos con gran éxito. Uno de los factores psicológicos que han contribuido a la victoria del conservador Samaras es cómo el Gobierno español ha resuelto la inyección de dinero comunitario sin pasar por las horcas caudinas. «Si Rajoy puede, nosotros también», aseguró el líder de Nueva Democracia a los votantes, con el aval que le daba pertenecer al mismo club internacional que el PP. La promesa funcionó, a juzgar por su excelente cosecha electoral. Por lo mismo, los griegos han abandonado a su suerte al PASOK, el tradicional partido socialista hermano del PSOE. Es natural que Rubalcaba se ponga la medalla de Hollande, quien de una tacada ha conquistado la Asamblea y ha dejado en la calle a su ex mujer. Pero es de temer que la situación del PSOE se parezca más a la del PASOK que a la del PSF. Las encuestas dicen que los socialistas siguen en el pozo del 20-N, mientras IU y movimientos afines escalan posiciones. La perspectiva de que la izquierda se radicalice al modo griego y arrebate la hegemonía al PSOE no parece cercana ni probable, pero bastaría con que un líder carismático tomara las riendas para dar jaque a la socialdemocracia. El joven Alexis Tsipras arrolló como un huracán al voluminoso Venizelos, pero tampoco le costaría hacer lo propio con el enjuto Rubalcaba. La suerte de España es que en el banquillo de la izquierdona figura Cayo Lara. También en esto quieren los griegos parecerse a los españoles. Mientras tanto, el madrileño Tomás Gómez sueña con ser el Tsipras hispano.