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La crisis parte en dos a Europa

Sólo un pequeño grupo de países, con Alemania a la cabeza, crecerá

La Razón
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La crisis económica y financiera de los últimos años se ha cobrado una nueva víctima. Se trata de la homogeneidad de la Unión Europea y, sobre todo, de la zona euro, al poner de relieve fuertes diferencias este estados miembros tanto desde el punto de vista del crecimiento como del empleo.
Las previsiones económicas presentadas ayer por el vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Asuntos Económicos, Olli Rehn, dibujan un escenario en el que, aunque la recesión europea pueda calificarse de «suave y corta», sólo un selecto grupo de países tira al alza de las cifras. La locomotora alemana arrastra con fuerza, con un crecimiento del PIB de un 0,7% este año y del 1,7% en 2013; seguida de Francia con un 0,5% y un 1,3%. Entre los estados que crecen se sitúa también la rescatada Irlanda, con un 0,5% y un 1,9% en 2013; Eslovaquia, con un 1,8% y un 2,9% y Estonia, un 1,6% y un 3,8%.
Pero después, un nutrido grupo de países más frágiles se mueven en otros terrenos. A la cabeza se encuentre Grecia, que a pesar de su segundo rescate se contraerá un 4,7% en 2012 y se mantendrá estancada el año que viene. También caerán en 2012 las economías de Portugal (3,3%), España (1,8%), Eslovenia e Italia (1,4%), Países Bajos (0,9%) y Chipre (0,8%).
Con todo, la zona euro en su conjunto vivirá este año una contracción del 0,3%, mientras que la Unión se estancará, y en 2013 la eurozona crecerá un 1% y el conjunto de la UE avanzará un 1,3%, todo ello debido a la restricción sobre el crédito, la falta de consumo privado debido al desempleo, la deuda de las familias y las condiciones salariales.
Por su parte, el déficit público se reducirá del 4,5% del PIB en la UE en 2011 al 3,6% en 2012 y a un 3,3% en 2013, mientras la progresión en la eurozona es 4,1%, 3,2% y 2,9% en 2013, pero seguirán incumpliendo el objetivo del 3% en 2013 Francia, España, Países Bajos y Portugal, asi como Bélgica, Irlanda y Grecia.
Pese a todo, Olli Rehn rechazó que la política de austeridad en Europa no funcione. «No es el caso y sería una lectura demasiado simplista de la situación económica actual», afirmó. «No podemos acumular deuda sobre deuda y es esencial que continuemos la consolidación fiscal y mantengamos el curso sobre la base del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que subraya la sostenibilidad de las finanzas públicas y tiene en cuenta las condiciones macroeconómicas y el margen fiscal», manifestó el vicepresidente de la Comisión.
Pese a ello, Rehn cree que Europa necesita impulsar el crecimiento a través de inversiones específicas, en un movimiento que denominó de «reequilibrio».
En este sentido, aplaudió el creciente apoyo político a medidas de inversión que fomenten el crecimiento, a través instituciones y entidades públicas como el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y la creación de «bonos para proyectos de infraestructuras» a nivel comunitario. «Necesitamos este tipo de medidas con el fin de impulsar un crecimiento sostenible y la creación de empleos en paralelo a una consolidación fiscal continuada», recalcó.
Un incremento del capital del BEI en 10.000 millones de euros tendría un impacto «relativamente rápido y efectivo» en las economías, al tiempo que la creación de los «bonos de proyectos» permitirían hacer palanca para conseguir inversiones privadas.