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La tasa turística «pone en peligro el pan nuestro de cada día»

Los hoteleros de Barcelona se oponen a la implantación de una tasa turística de un euro por persona.

La tasa turística «pone en peligro el pan nuestro de cada día»
La tasa turística «pone en peligro el pan nuestro de cada día»larazon

La presentación de los resultados del primer semestre de 2010 del Gremi d'Hotels de Barcelona tenía que ser optimista. Porque en los seis primeros meses del año, la ocupación media de los hoteles de Barcelona se ha situado en un 66,88 por ciento. Son 2,4 puntos más que en el mismo periodo del año pasado, lo que confirma que el sector empieza a ver luz al final del túnel de la crisis. Pero la vieja propuesta de cobrar una tasa turística, que desde hace unos días se debate en el marco del Plan Estratégico de Turismo 2010-2015, aguó ayer la fiesta de los hoteleros. Impuesto «temerario»«¿Quién es el máster en Harvard al que se le ha ocurrido seguir exprimiendo el único sector sano que hoy tiene la ciudad?», preguntó el presidente del Gremi d'Hotels de Barcelona. Más irritado que indignado, Jordi Clos expuso una retahíla de argumentos contra lo que él llama «impuesto turístico». Para empezar, Clos recordó que el turismo representa el 13 por ciento del PIB de la ciudad, da trabajo a 25.000 personas directamente y a otras 100.000 indirectamente. «Quien tiene un huerto lo ha de saber regar y cuidar», avisó a las administraciones.También recordó que Barcelona ocupa la segunda posición en el ránking mundial de turismo de congresos, por detrás de Viena, para alertar de que la medalla de plata peligra con el «impuesto turístico». Porque a la hora de negociar la organización de un congreso, Madrid, por ejemplo, puede alegar que es una ciudad «friendly», no como Barcelona que cobra un euro a los turistas. Clos alertó de que «por querer ganar un euro, podemos perder 500 euros –el dinero que puede gastar un turista en la ciudad durante su estancia–». Además, los hoteleros lamentaron que imponer el «impuesto turístico» sería «un agravio comparativo brutal», porque el 60 por ciento de la gente que visita Barcelona no duerme en hoteles, muchos vienen de la costa y otros se alojan en casa de conocidos. La idea de implantar la tasa turística salió del presidente de Turismo de Barcelona, Joan Gaspart, para hacer frente al recorte de presupuestos de las administraciones. Clos aboga por alternativas al impuesto directo a los turistas, como aplicar un IVA añadido, para ajustar gastos. Pero al Ayuntamiento le ha gustado tanto la propuesta de Gaspart, que ayer el alcalde Jordi Hereu insistió en su intención de aplicar la tasa turística de un euro por persona, horas después de que Clos alertara de que «el impuesto pone en peligro el pan nuestro de cada día». El debate de 2001 regresa.