Elecciones generales
ANÁLISIS: La inalterable superioridad del PP por Lorente Ferrer
Comparando los resultados de las encuestas de NC REPORT para LA RAZÓN de este último mes y medio obtenemos como conclusión que poco ha fluctuado la intención de voto a los principales partidos políticos de ámbito nacional: el PSOE se ha movido en valores comprendidos entre el 30,6% y 31,4%, mientras que el PP lo ha hecho entre un mínimo del 45,5% y un máximo del 46,4%. También se ha mantenido estable el reparto de escaños; entre 115 y 120 para el PSOE y 183 a 190 para el PP. Llegamos al inicio de la campaña con registros es esa misma línea, si hoy se celebraran las elecciones el PSOE obtendría el 31,3% de los votos y 119 diputados, mientras que el PP conseguiría el 46,0% de los votos y 185 escaños.
Pero si consultamos la hemeroteca, hace un año la situación era prácticamente la misma. Al PSOE tan solo queda un cartucho por quemar; el debate del 7-N.
Otra constante de este período son las migraciones de votantes del PSOE a favor principalmente del Partido Popular e Izquierda Unida, en el entorno del millón de electores para cada una de estas dos formaciones. La abstención se ha mantenido por encima de la producida en las elecciones de 2008 (entonces fue del 26,2%) pero en estas semanas ha oscilado entre el 30,3% y el 32,8%, y marcando una tendencia claramente alcista. Contribuye fundamentalmente a este gran volumen de abstención la decisión de alrededor de dos millones de votantes del PSOE de no acudir a las urnas el 20-N. Si la campaña de Rubalcaba no moviliza a este ejército de votantes podemos estar ante un escenario de baja participación similar al de año 2000 en el que precisamente la abstención del electorado de centro-izquierda facilitó la mayoría absoluta de Aznar.
Al igual que sucedió en aquel momento la principal formación a la izquierda del PSOE se beneficiará de la transferencia de voto socialista y aspira, como viene constatándose en los tracking de LA RAZÓN, a contar con grupo parlamentario propio y en el entorno de la decena de diputados. A la cuarta formación de ámbito nacional, UPyD, le sucede como a la Gran Armada, y el «no envié mis naves a luchar contra los elementos» podría traducirse por la Ley electoral vigente que condena al partido de Rosa Díez a obtener muchos menos escaños que CiU con un nivel de votos semejante.
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