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Angelina Jolie: «En mi armario no hay vaqueros»

Nunca ha seguido las reglas del juego de Hollywood. Parece contradictorio, sobre todo teniendo en cuenta que Angelina aparece una semana tras otra en el «top» de cada uno de los ránkings que se elaboran en el planeta con las palabras: sexy, rentable, famosas, guapas, perfectas, envidiadas...

Angelina Jolie: «En mi armario no hay vaqueros»
Angelina Jolie: «En mi armario no hay vaqueros»larazon

Sin embargo, Jolie no entiende de respuestas encorsetadas ni de guiones elaborados por el representante de turno en el «tú a tú». Simpática, divertida y sin morderse la lengua. Se sabe libre y se nota. Con esa misma libertad ha dado el salto a la dirección cinematográfica con «In the land of blood and honey», un guión sobre la historia de amor entre un serbio y una mujer bosnia en vísperas del conflicto de los Balcanes entre 1992 y 1995.

–Dirigir una película es un gran riesgo. ¿Por que decidió aventurarse en este proyecto?
–No me enfrenté a él planteándomelo como parte de mi carrera. Me acerqué como un ser humano emocionado de contar esta historia. He sentido muchísima presión, lo reconozco porque es la primera vez que escribo un guión y dirijo una película. Siento una gran responsabilidad hacia la historia que estoy contando porque es real y este país y su gente pesa sobre mí.

–¿Ser responsable de una gran familia es su mejor preparación como directora?
–(Se ríe) Sin duda me ayuda, porque cuando todo el mundo tiene una pregunta para ti, como ocurre al ser madre, te acostumbras a tener una respuesta. Pero nada te prepara para ser directora. Por ejemplo, tuve que aprender muchísimo de luces, algo de lo que no tenía ni idea. 

–¿Cómo consigue encontrar el equilibrio entre su carrera, su entrega a las ONG con las que colabora, a sus seis hijos y a su marido?
–Suena como si yo hiciera más de lo que hago. Tengo la suerte de trabajar durante dos meses en una película y estar cinco sin hacer nada. La mayoría de las madres trabajadoras cumplen un horario y están más horas que yo en su oficina.

–¿Se identifica con la imagen pública que se ha creado de usted y de Brad?
–No sé quién es esa persona pública porque no presto atención a lo que se dice de ella. Todos nosotros tenemos en nuestras vidas alguien que nos conoce bien. En mi caso, estoy feliz junto a Brad, porque él y yo somos muy buenos amigos. Me gusta estar con alguien que me conoce de una forma tan profunda.

–¿Es Brad la persona en quien usted busca consejo?
-Sí, claro, el uno en el otro. Yo trabajo muy duro para sacar mis proyectos adelante y Brad es todavía mucho más curioso que yo. Su opinión de las cosas es diferente a la mía y es siempre la primera persona a quien pido ayuda cuando la necesito.

–¿Le gusta que se los conozca a pie de calle como «Brangelina»?
–Si le tengo que ser sincera, no.

–¿Quién juega el papel de «poli malo» con los niños? ¿Usted o Brad?
–Yo. Brad es mas permisivo con las niñas y yo con los niños. La verdad es que no sé muy bien por qué. Tal vez porque yo conozco más a las mujeres...

–¿Qué tipo de madre es usted?
–Intento ser una buena madre. Yo tuve una gran madre que me enseño muchísimo, que era mi mejor amiga, así que me considero buena. Soy amiga de mis hijos, los adoro y hablo con ellos con honestidad. El apoyo a la hora de convertirse en quienes son y al mismo tiempo aprendo de ellos y con ellos quienes son. Cada día lo vivo como una nueva lección para ser mejor madre; los niños te enseñan a serlo. Es importante escucharlos, atender sus necesidades y ajustarse a sus cambios. No existe un libro que te diga cómo ser buen padre, tienes que entenderlos y tratar de tomar buenas decisiones por ellos.

–¿Se le rebelan alguna vez?
–Sí, aunque son todavía muy pequeños. Tienen sus momentos, se pelean entre ellos, pero en general son buenos niños. Me siento muy orgullosa de todos.

–¿Alguna vez ha pensado cómo serán sus hijos cuando sean adolescentes?
–Los estoy preparando para ello, tratando de hacerles ver que no intenten hacer nada malo, porque hagan lo que hagan los descubriré. Quiero ser su mejor amiga, mostrarme honesta con ellos y confío en que hablen conmigo cuando tengan problemas. Eso es lo mejor que puedo hacer. Estar cerca de ellos, así, cuando lleguen a ese punto en el que no quieran hablar con su madre, que sepan que siempre los amaré. Pero esos años son difíciles para todos.

–¿Ha pensado en adoptar otro hijo?
–Nosotros siempre estamos abiertos a esa posibilidad si la creemos conveniente, pero por el momento nuestra casa está llena. Es lo mismo que cuando una mujer decide quedarse embarazada. Tenemos que verlo claro y en este momento no discutimos sobre este tema.

–¿Alguna vez se ha sentido culpable de tener una vida privilegiada?
–No. Uno da a los demás porque ha recibido más. Yo no construyo una escuela porque siento que tengo que hacerlo, sino porque me excita pensar que les estoy dando un futuro a las niñas de Afganistán. No puedo esperar para ver cómo cambian. Formo parte de ese grupo de personas dedicadas a dar fuerza a aquella gente en la que creo. Y así es cómo me gustaría que los demás vieran el mundo. No quiero hacer las cosas por pena o por caridad.

–Siempre forma parte de la lista de las más elegantes del planeta, ¿se considera una mujer de vaqueros?
–No. La verdad es que no tengo ningún par en mi armario. Me doy cuenta de que es una extraña confesión (se ríe), pero entendí cuando empecé a construir mi familia que si tenía vaqueros y camisetas en mi armario iba a terminar vistiendo así todo el tiempo. Decidí no tenerlos, me forcé a mí misma a no caer en esa debilidad.

–También es icono sexual. ¿Quizá fue el hecho de sentirse mujer objeto en algún momento lo que la llevó a interesarse por aquellas mujeres que en algún momento han sufrido acoso o han sido víctimas de abusos?
–No de una forma consciente. Crecí como una mujer que fue capaz de reconocer su sexualidad. En otros lugares hay otra actitud, mas tímida, y creo que es importante abrazarla y entender el poder que tiene dentro de nosotros. Entonces se convierte en algo bueno. Jamás he estado en la situación en la que se encuentran estas pobres mujeres y no puedo ni imaginar hasta dónde puede llegar su sufrimiento. 

 

En la carrera a los Globos de Oro
Con su primera incursión como guionista y directora ha conseguido entrar en la categoría de mejor película de habla no inglesa en la carrera de los Globos de Oro, compitiendo, entre otras, contra «La piel que habito» de Pedro Almodóvar. Angelina no tenía esperanza alguna en la nominación. De hecho, se enteró cuando llevaba a sus hijos al dentista. «Miré el móvil y vi un e-mail que lo decía. Pensé ‘‘¡no puede ser!''. Nunca hubiese esperado esto», asegura Jolie. Pero no todo han sido alegrías en su debut. Primero fueron las diferencias con las autoridades locales durante el rodaje y luego el recelo de las víctimas. Pero nada comparado con la demanda que le ha caído por supuesto plagio.

 

Los Pitt que compran unidos...
Lejos de vivir huyendo de los medios de comunicación y de «encarcelar» a los niños en una mansión californiana, los Pitt Jolie se mueven por medio mundo todos juntos. Pocos días antes de Navidad, la pareja, sus seis hijos y el correspondiente séquito de guardaespaldas viajaron todos juntos a Nueva York para disfrutar de los adornos, los dulces y las compras de la Gran Manzana en estas fechas. Prueba de ello es esta imagen que muestra a la familia en la sección de golosinas de Fao Schwarz , la juguetería más popular de la ciudad, en la que Tom Hanks rodó la popular escena del piano gigante de «Big». Todo sea por hacerlos felices. ¿Cumplirán también el que parece ser el último deseo de su primera hija biológica? Y es que Shiloh Nouvel Jolie- Pitt está decidida a cambiarse el nombre por Shax, para que su nombre termine en «x» al igual que sus hermanos Maddox, Pax y Knox.