Crítica de libros

Indignaos

La Razón
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Es fácil encadenar algunos de los más insignes nombres que han vertebrado el pensamiento europeo desde la la II Guerra Mundial: Sartre, Bataille, Foucault, Debord, Foucault, Lyotard, Barthes… El interrogante es: en este comienzo del siglo XXI, ¿podemos hablar de una nueva generación capaz de capitalizar la necesidad de respuestas que tiene la sociedad menos crítica de los últimos tiempos? Evidentemente, no. Hay un vacío desolador que entraña el peligro de poder ser aprovechado por oportunistas. Y, como muestra, Stéphane Hessel, autor de ¡Indignaos!, la última sensación que pretende subsanar la indigencia reflexiva actual.
Hay quienes han comparado la ola de indignación que sacude España con el mayo del 68. Un poco de respeto, por favor. Pretender comparar «La sociedad del espectáculo», de Guy Debord con ¡Indignaos! es como introducir en una misma categoría la más refinada arquitectura teórica y un reality show de testimonios. Porque las poco más de treinta páginas del texto de Hessel no pasan de ser un ejercicio de autolegitimación biográfica, salpicado de arengas al estilo del mitin político. Nada más. Ni una idea elaborada, ni un análisis. Con este texto, el pensamiento europeo ha rebajado su listón a mínimos históricos. En un contexto de desencanto, cualquiera puede convertirse en el invitado estrella del funeral.
¿Indignaos?