Delta del Ebro
Radiografiar el Delta del Ebro
Conocer en tiempo real la evolución medioambiental del Delta del Ebro o lo que es lo mismo conocer su estado de conservación y la dinámica de su complejo ecosistema es el objetivo de un novedoso proyecto de desarrollo que se llevará a cabo a partir de septiembre y durante 17 meses en la cuenca del rio más extenso de la península. Con un presupuesto de 12 millones de euros ha sido adjudicado por la sociedad estatal Acuamed (Aguas de las Cuencas Mediterréneas) a un consorcio en el que participan empresas como Agbar, Copisa o Indra. Para ello se ha planeado la instalación de una compleja red de sensores, radares, sistemas de comunicaciones por radio, etc., que ayuden a conocer el estado de la cuenca y a tomar decisiones medioambientales.
Más de la mitad del tiempo se utilizará en montar la complejo sistema, cuya ubicación exacta se está decidiendo en esta fase previa, pero que incluye tanto la cuenca, como el estuario y la bahía. Un total de 11 meses, tras los cuales, los sensores recogerán, acumularán y mandarán diferentes medidas hasta la finalización del proyecto adjudicado, seis meses más tarde. El tratamiento de datos será posterior y ajeno a este desarrollo, aunque durante este tiempo se prevé la construcción de un centro de procesamiento de los indicadores ambientales, que se unirá al centro ya existente de la Confederación Hidrográfica del Ebro y su publicación en una web de acceso público. «El sistema previsto se divide en dos subredes: la primera de control de calidad, flujos y sedimentación de las aguas y el segundo, que estudia las variaciones en el terreno», explica Michele Rizzi, responsable de proyecto del área de Tráfico Vial y Marítimo de Indra.
Para evaluar la calidad del agua, se colocarán 15 estaciones en canales y desagües, cuatro en la bahía y tres en el estuario del río. Las medidas van desde el PH del agua, hasta su temperatura, la turbidez o el amonio que contiene. Otras estaciones (41 en canales, dos en bahía y alguna más en estuario) medirán el nivel y la velocidad del agua, es decir, calcularán el caudal que lleva el río cada día, tomando estas dos muestras en una sección del río (tanto en la orilla como en el centro del cauce donde la altura y la velocidad de transporte es distinta). Además de estos sensores de tipo automático, diversos de tipo manual recogerán información sobre los sedimentos tanto en suspensión como en fondo. De esta manera, se conocerá la turbidez del agua o los cambios en el fondo del río. Medidas y más medidasPara la segunda subred, que estudia los cambios en la elevación del terreno producida por la erosión, el método más utilizado son las astas graduadas, aunque también se contempla utilizar dos maeógrafos, para registrar las variaciones del mar y varios radares que medirán el oleaje y la corriente superficial.La información recogida por cada uno de estos sensores, se transmitirá por radio desde el punto de extracción hasta el centro de procesamiento con un único fin «tener datos detallados de toda el área para poder estudiar la evolución de los ecosistemas de esta compleja zona» señala Rizzi.
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