Huelga parcial

La publicitada Huelga General del 29-S se quedó en un intento incapaz de movilizar/manipular siquiera a quienes llevan muchos años luchando activamente por los derechos de los trabajadores. Aseguran los que militaban en Comisiones Obreras en los agitados tiempos de la transición española, e incluso antes, que no se sienten representados por los que hoy tienen el testigo. Es más, que se avergüenzan de sus actuaciones. Luego han quedado en evidencia para unos y abochornado a los que un día creyeron en su compromiso y funcionalidad. Un compromiso que consideran pactado y orquestado y que, de cara a los que dicen defender, ha supuesto nuevos costes, destrozos en algunas ciudades y poca o nula complacencia generalizada, porque los derechos laborales y sociales, fomentar el empleo… etc., algo que interesa a todos, están aún por llegar. ¿La realidad? Francamente triste… más paro, más endeudamiento y más consecuencias negativas para nuestra economía, como el hecho de que otra agencia de medición de riesgos nos acaba de rebajar la calificación de la deuda española. Hechos más que suficientes para que la mayoría de los españoles decidiera no hacer huelga. Era un lujo que gran parte de la sociedad no podía permitirse, al tiempo que asistimos al deterioro de la fortaleza financiera de España. Quizás nunca antes alguien fue a trabajar tan convencido y tan feliz, como el pasado 29 de septiembre.