En Consell de Cent por Víctor Fernández

Parece que algo se mueve en la calle Consell de Cent, hogar natural de buena parte de lo mejor de las galerías de arte en Barcelona. Al cierre hace unos meses de la galería de María José Castellví –y que ha hecho que artistas como Antonio de Felipe no tengan espacio expositivo–, se suma la aparición de algunos carteles con la inscripción «En venta» o «En alquiler».

¿Hay un futuro incierto para estos establecimientos? Ante todo habría que saber si hay clientes para estas galerías. En una etapa de crisis económica como la que estamos viviendo, es evidente que la cultura es una de las víctimas más frágiles. Muy difícilmente veremos en estos meses a los grandes museos catalanes, tal vez con la excepción de la Fundació Gala-Salvador Dalí, asistiendo a una subasta o entrando en una de estas tiendas para adquirir algo con lo que enriquecer sus salas.
Lo mismo habría que preguntarse respecto a los coleccionistas. Nunca, como hasta ahora, habían aparecido tantos y tan buenos cuadros en venta. Es evidente que hay gente que necesita dinero y no duda en descolgar un cuadro de casa para ofrecerlo a marchantes, galeristas o subasteros. Pero no hay muchos clientes. Pásense, por ejemplo, por una subasta y verán cuantos lotes quedan desiertos. En muchas ocasiones, algunas de esas piezas sí tienen un buen destino y es el extranjero.

Las administraciones tendrían que fijarse un poco más en las galerías y en su gran labor cultural. Lo que guardan y ofrecen es un tesoro patrimonial que puede perderse en ocasiones para siempre, si no acaba muerto de asco en un almacén.