España

Realidad virtual por los cinco costados

La primera «cave» –cueva– de cinco caras de Europa acaba de aterrizar en España. Su novedosa infraestructura permitirá la investigación, el desarrollo de nuevas tecnologías y la aplicación practica de las ya existentes 

Realidad virtual por los cinco costados
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Sumergirse en una realidad del todo virtual es ahora más posible que nunca. Arriba, abajo, delante, a la izquierda y a la derecha. Todo un universo recreado del que es imposible escapar. Hasta la fecha sólo existían en España infraestructuras formadas por tres o cuatro paredes. Esta innovadora «cave», creada en colaboración por la Universidad Politécnica de Madrid y la empresa T-Systems Iberia (división de la alemana Deutsche Telekom), permitirá mejorar la investigación en entornos de realidad virtual y desarrollar su aplicación en diferentes contextos como el sanitario, el arquitectónico, el automovilístico, el industrial o el turístico.

La «cave» combina alta tecnología de proyección, audio y sistemas de interacción, computación gráfica y software integrado. El resultado es una estructura envolvente, que permite la interacción en tiempo real con el mundo virtual, a través de la captura de la posición y orientación del usuario. «El sistema sabe dónde estás y cómo te mueves. Está compuesto por seis ordenadores: cinco se encargan de generar la imagen y uno coordina el proceso», explica Christian Pomar, director del área de realidad virtual y simulación de T-Systems Iberia.

¿Cómo repercute esta tecnología en nuestro día a día?, ¿qué aplicaciones tiene en el mundo real? Para dar respuesta a este interrogante resulta importante comprender que la realidad virtual es, al fin y al cabo, una representación del mundo físico, real y cotidiano en el que vivimos. En este sentido, la clave del empleo de la cueva está en generar una reconstrucción o un prototipo de lo que se lleva o se llevaría a cabo en el contexto concreto al que se refiera.

Por ejemplo, en el caso de la aplicación médica Pomar llama la atención sobre la posibilidad de reproducir virtualmente a una persona para poder preparar una cirugía. «Se escanea a la persona y con ese material se reconstruye su volumetría. De esta forma, se puede construir, por ejemplo, el diseño de un implante para comprobar cómo encaja y cómo se desarrollarán los movimientos». También esta misma reproducción se podría llevar a cabo en el ámbito anatómico forense para comprobar la identidad de las personas a partir del cráneo o, incluso, en ciertos tratamientos psicoterapéuticos que permitan la representación de imágenes, situaciones o entornos a los que la persona se pueda enfrentar ficticiamente.

Este ensayo de la vida real tiene también aplicación en el entorno arquitectónico, automovilístico e industrial a la hora de crear prototipos. Y además, otra de las aplicaciones más curiosas y no menos importantes es la de reconstruir el patrimonio turístico, que o bien ha desaparecido o bien no se tiene acceso. Esto abre la puerta al análisis evolutivo y, finalmente, a la posibilidad de un empleo del entorno virtual en el ámbito educacional.