Alimentación

Termoalimentos

Para combatir las bajas temperaturas existen alimentos como la guindilla, la canela, el clavo, la pimienta o el té verde que poseen un efecto vasodilatador y ejercen una acción termorreguladora. El alcohol da calor de forma momentánea, pero en poco tiempo disminuye. 

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Cuando el frío muestra su cara más desapacible, nuestro organismo pide a gritos reorganizar el menú y orientarlo hacia platos más calientes y reconfortantes que aporten sensación de calidez inmediata. Más allá de las clásicas sopas y otros platos de cuchara, existen alimentos que por sí solos aumentan la temperatura corporal del organismo. Especias como la guindilla, el clavo, la pimienta o la canela, entre otros, cumplen a la perfección con esta labor. Para María José Alonso, vocal de Plantas Medicinales del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona y miembro de la junta directiva del centro de Investigación sobre Fitoterapia (Infito), «poseen un efecto vasodilatador y ejercen una acción termorreguladora». Algunos alimentos picantes contienen, además, «una sustancia que estimula los receptores bucales del calor y por eso dan esa sensación de temperatura cuando los tomamos», matiza la doctora y especialista en Nutrición, María Teresa Barahona. Algo similar sucede con el alcohol. Resulta habitual que en los países más fríos de Europa se beba vino caliente, generalmente adicionado con canela, para entrar en calor. Sin embargo, Barahona advierte de que «el alcohol produce una sensación momentánea de calor al dilatar los vasos sanguíneos y dirigir la sangre hacia la superficie de la piel, pero en poco tiempo la temperatura interior del cuerpo disminuye e, incluso, se siente más frío por la pérdida de calor que ello produce».

Otra forma de combatir el frío reside en introducir alimentos con una elevada carga calórica. «Los pueblos más al norte con latitudes frías acompañan su dieta con grasas animales, que producen una gran cantidad de energía calórica en su combustión y les aíslan del frío. Sin embargo, el acúmulo de grasa en el organismo resulta perjudicial, por lo que hay que buscar productos que den calor y nutran. Los frutos secos y el chocolate, entre otros, cumplen con esta función, aunque siempre será mejor optar por las sopas e infusiones porque son muy agradables al paladar si se sirven muy calientes y, además, ayudan a mantener el peso sin aumentar la grasa subcutánea», recomienda Alejandro Domingo, especialista en Medicina Interna, Endocrinología y Nutrición del Hospital USP San Camilo de Madrid. En este sentido, el té verde, según Alonso, «posee un efecto termogénico que estimula en el organismo la quema de grasas por lo que se recomienda en dietas de adelgazamiento, reconforta el cuerpo y produce calor».