Desempleo juvenil
Los jóvenes condenados al paro
MADRID- Si hay un colectivo al que la reforma de las pensiones va a perjudicar de forma notable, ése es el de los jóvenes. Con la tasa de desempleo juvenil de los menores de 29 años rondando el 40% y un paro de larga duración en este grupo poblacional «in crescendo» y que ya alcanza casi el 25% –según datos recopilados por la Organización Internacional del Trabajo–, la incorporación de los jóvenes españoles el mercado laboral es cada vez más tardía. Esta demora, unida al cada vez mayor trabajo precario que soporta este colectivo –el 55% de los jóvenes de entre 20 y 24 años no tienen un empleo fijo, según un informe de noviembre de UGT– convierten casi en una quimera la posibilidad de que muchos jóvenes españoles puedan jubilarse a los 67 años con la jubilación máxima, para lo que tendrían que haber cotizado 37 años de forma consecutiva. Más improbable aún resulta que puedan hacerlo a los 65 tras haber cotizado 38,5.
Para muchos de ellos, el objetivo más a su alcance parece que es lograr cotizar durante quince años consecutivos para tener derecho a una pensión mínima contributiva.
El retraso de la edad legal de jubilación acordado por Gobierno y sindicatos tendrá, además, un efecto pernicioso para el ya de por sí oscuro panorama que se ha cernido sobre el empleo juvenil español. El hecho de retrasar la edad de retiro hasta los 67 años, aunque se vaya a hacer de forma progresiva, obligará a muchos trabajadores veteranos a permanecer en sus puestos de trabajo durante más tiempo del que tenían previsto, lo que impedirá la incorporación el mercado laboral a los jóvenes en principio designados a sustituirlos.
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