Fichajes
El choteo internacional
De Gea, otro «Niño» increíble, un porterazo de 19 años y un futuro que da miedo en el mundillo rojiblanco porque no tiene una cláusula de rescisión de 200 millones, sostuvo al Atlético y le hizo creer que podía empatar con el Barça mientras Valdés perdía tiempo y Guardiola hacía un cambio con la propina. La bárbara y desafortunada entrada de Ujfalusi –calentito, acaso, por la abstención de Fernández Borbalán en el área azulgrana– a Messi fue tan inconveniente como la de Gurpegui al «Kun» Agüero, pero también cuando había partido, el resultado era incierto y el gol, predecible en cualquiera de las porterías. De ahí que Alves metiera la pata, sin la violencia del checo, por supuesto, cuando espetó que la patada no venía a cuento en el minuto 91... El caso es que Ujfalusi ha pedido perdón, lo cual le honra, si bien no hay nada que justifique su desmesurada acción, y el Barcelona ha demostrado fehacientemente que está un escalón por encima del Atlético, sobre todo si éste, por incomparecencia de Agüero y Forlán, juega con nueve o diez durante 50 minutos o más.
Ujfalusi, que no es Goicoechea, Figo o Salgado, se disculpa mientras Mourinho intenta recuperar la sintonía con el Madrid, después de dejarse querer por la Federación Portuguesa. El asunto ha sido un choteo internacional que el entrenador ha alimentado, por inmiscuir al club que le paga en un asunto tan doméstico como la elección del colegio de los niños, por no parar los pies a sus paisanos, desesperados, abusones e inconscientes listillos, y por no zanjar el asunto con una rotunda negativa antes de que viera la luz. Y «Mou», que llegó al Madrid después de la indemnización a Pellegrini por despido y el pago de su fichaje al Inter, ha visto las orejas al lobo y ha dado carpetazo al asunto con una frase del baloncestista Messina: «Las palabras de Florentino son como las del Papa, se escuchan y no se discuten». El presidente le ha puesto «colorao» sin necesidad. Primer aviso, «Mou».
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